Muchas esquinas de nuestra ciudad fueron punto de referencia cuando Cúcuta era pequeña y apacible, además eran sitios escogidos para tertulias por sus habitantes o Centro de Actividades Mercantiles.
Como recordar es vivir, vamos a refrescar la memoria con los nombres de las más famosas, es bueno si advertir que la mayoría de ellas han desaparecido para dar paso al modernismo.
“La Bomba Cúcuta” que contaba con un garaje-parqueadero todo techado para favorecer a sus clientes.
Los extranjeros que tenían sus negocios en el centro de la ciudad, especialmente italianos y una que otra familia de abolengo se alimentaba en el “Palacé”.
Siendo centro de importancia para el comercio con Maracaibo “La Aduana” tenía sus oficinas en una de las mejores casonas.
“La Víctor” con su enorme perro y victrola todo transeúnte se detenía a observarlo, se le acomodaron chistes como el de buscar un empleado para sacar el animal a hacer pipí.
Los escolares y padres de familia sabían que en la “Rosa Blanca” conseguían los enseres necesarios para el estudio.
Los chóferes tenían su “Punta Brava”, lugar por el cual no podía pasar una dama por cuanto la desnudaban con la mirada, además allí se sabía la vida y obra de medio Cúcuta con pelos y señales “todas estas a lo largo de la Calle 10”.
En la Calle 11 podemos citar a “Benhur” sitio muy visitado por los empleados bancarios, a veces se aglomeraba la gente que salía de cine del Teatro Santander.
Al frente el “Club Comercio” en el cual la Sociedad terminó que se utilizaba para designar a los de la alta alcurnia y adinerados, celebraban fastuosas fiestas que les servía de programa a las mujeres de clase media y noveleros que se prendía de las amplias ventanas para admirar los vestidos de última moda y oír hasta tarde la música de la orquesta que allí actuaba.
Los domingos había programa antes de asistir a la misa principal o de 11, en el “Café Comercio”.
La calle 9a se distinguía por el “Palacio” que le trae buenos recuerdos a la patota de vagos que allí día y noche durante mucho tiempo descueraron a los cucuteños, algunos de ellos son hoy figuras importantes de la política.
Se puso de moda la rockola y sus adeptos se dedicaban a librar en el “Cordovés”, “Rojo y Negro” o “Bola Roja”.
Si se quería el más rico dulce de platico o cortados, arrastrados y toronjas se visitaba a doña Rita en “La Cita”.
Los amantes del juego se reunían en “El Casino Berti” en las noches para el bingo; contaba además con un comedor para atender a sus clientes para no abandonaran el local.
La pequeña industria se hizo notoria por la “Estrella” que fabricaba jabones, pastas alimenticias y velas para la exportación a los municipios.
Era común el dicho o refrán medirle el aceite cuando a una persona le herían con arma filosa y por eso sobresalió “El Palenque” que contaba además con su personaje típico que era el enano “Tirso” con su caja de embolar casi tan grande como él.
Al calor de los tragos y las rancheras se formaba grescas fenomenales en “La Lucha”.
Las amas de casa salían de apuros, cuando cosían y bordaban, en “Puerto Berrío” pues allí se encontraba desde un botón hasta el adorno más caro.
Los pícaros le temían a la “Cárcel Municipal” cuando eran recogidos en la Lora.
Los que trabajaban en las petroleras al llegar a Cúcuta se reunían en “El Ciclón”.
Los agentes viajeros y turistas se encontraban como en su casa en “Hotel Europa” y en el Internacional”.
Los estudiantes visitaban con frecuencia la esquina de “La Coja Delia”.
Otras esquinas muy conocidas. Puerto Arturo-Tequendama-La Roca-El Lago-El Relámpago-La Victoria-Bola Roja-El Campín-Buenos Aires-Polo Norte-Los Alpes.
Si usted vivió en el Cúcuta de antaño, espero que esta remembranza lo haya transportado a tiempos gratos que muchas veces nos hacen suspirar y decir que todo pasado fue mejor, aunque la juventud diga lo contrario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario