PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

domingo, 17 de junio de 2012

190.- BARRIOS DE CUCUTA

Tomado de cucutanuestra.com y otra información

Cúcuta es una ciudad colombiana, capital del departamento de Norte de Santander, situada al nororiente del país, en la frontera con Venezuela y a orillas del río Pamplonita. Tiene la categoría de Distrito Especial Fronterizo y Turístico y conforma la frontera más activa de América del Sur.

Está conformado por algo más de 600 barrios, que se agrupan en comunas. A continuación reseñamos los barrios más importantes.

Aeropuerto
Tiene 27 años de fundado por personas que se tomaron a la fuerza los terrenos que para entonces forman parte de El Salado. El alcalde Enrique Cuadros Corredor pavimentó la vía principal que en la noche se convierte en la "Zona Rosa" del sector. El principal sitio de encuentro para recreación y el entretenimiento es el polideportivo "Arístides Salazar".

Entre las principales características de los habitantes está que todos se conocen y colaboran para solucionar las necesidades que eventualmente afrontan. El sector es atendido por las empresas de transporte público, lo que la ha convertido en un atractivo porque a ninguna hora se sufre por la falta del servicio. Sus habitantes pertenecen a los estratos 2 y 3. La Junta de Acción Comunal cumple acertada labor en beneficio de la ciudadanía es conocido por este nombre por estar construido junto al aeropuerto Camilo Daza.

Aniversario
Esta urbanización fue construida por El Instituto de Crédito Territorial, siendo gerente Rafael Lemus.

Se llamó Aniversario porque sus viviendas fueron entregadas en el primer año de gobierno del presidente Belisario Betancur, y la conformaban 630 viviendas. Estas casas eran humildes, por ser del programa de gobierno "viviendas sin cuota inicial". Con el tiempo casi todas cambiaron la fachada y hoy es una bonita urbanización. María Eugenia Rojas de Moreno fue la encargada de entregar la viviendas en el parque que inicialmente se denominó "Gustavo Rojas Pinilla".

Las calles las entregaron pavimentadas, iluminadas. Los primeros habitantes de este barrio fueron las familias, Robledo y Alarcón. El primer presidente de la Junta de Acción Comunal, fue el conocido hombre de la radio Andrés Ramírez. Los vecinos de Aniversario I pertenecen a la parroquia Nuestra Señora de Torcoroma, ubicado al frente de la urbanización. Pero la misma quedó pequeña para albergar a tantas personas, pues allí van a misa, vecinos de La Libertad, Torcoroma, San José y Aniversarios I y II.

Belén
En la década de los 40 se le conocía como El Diviso, y además era el basurero de la ciudad. En 1957, llegaron al sector la primera familias invadiendo los terrenos que pertenecían al ejército. Poco a poco se fue poblando y de la misma manera surgieron líderes que buscaban el progreso del barrio. Abrieron calles, hicieron campos deportivos, construyeron la capilla y las escuelas Nuestra Señora de Belén de varones y niñas, con auxilios que envió el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy.

El acueducto y alcantarillado empezó a funcionar en la década de los 70. Ante la necesidad de un colegio de bachillerato la comunidad dividió la cancha de fútbol y construyó la sede del centro educativo. El templo parroquial fue concebido por iniciativa del sacerdote Pedro Alejandrino Botello quien logró motivar a la comunidad y construir un santuario en Cúcuta a Nuestra Señora de Belén, patrona de los salazareños.

En los tiempos que llegaron los primeros pobladores para armonizar el asentamiento humano, en terrenos del ministerio de Defensa y que eran utilizados como el vertedero de basuras de Cúcuta.

Eugenio Pacífico Carrero rememoró el comienzo desde la época del padre Calderón, la disposición de un salón para oficiar la eucaristía y la llegada de los sacerdotes españoles Miguel Ángel Atienza y Miguel Ardanaz. Los presentes escucharon con atención el ameno recuerdo y revivieron esos momentos que hoy permanecen en la memoria de los hijos de esos hombres y mujeres venidos de los pueblos de occidente, principalmente

Pasados los años, llegó el padre Pedro Alejandrino Botello, religioso carismático y empático con la comunidad. Comenzaba la década de 1970 y se propuso la construcción del templo. El vecindario había crecido. Luis Jesús Botello recordó a Víctor Rubio, Carlos Castaño, Silverio Mantilla, Ceferino Alfonso, entre muchos otros hombres que pusieron empeño y trabajo para hacer realidad el sueño de pasar de capilla a iglesia.

Y aparecieron en escena las mujeres. Hermelina Laguado de Pabón, Carmen Martínez de Gutiérrez, Santos Fuentes de Carrero, y tantas otras que integraron el primer Comité Pro templo. Organizaron rifas, bazares, verbenas, ferias y fiestas. La labor incansable dio frutos y empezaron a levantarse las columnas del templo.

Faltaba la fuerza arrolladora de los jóvenes. Entonces, se constituyó el grupo Juventud, Amor y Servicio y a fe que cumplieron con ese lema. Pusieron entusiasmo, alegría y trabajo desinteresado para ayudar a hacer realidad el proyecto. Algunos de esos muchachos de aquella época estaban ahí, contaron la historia y la revivieron para motivar a los presentes a colaborar con la nueva ilusión.

Eran los años en los que no había agentes de pastoral, ni EPAP, por eso el trabajo lo completaron los nazarenos, los acólitos, los catequistas y las adoradoras del Santísimo.

Pasado el tiempo, el barrio Belén tenía un majestuoso templo que albergaría a la comunidad católica. El sueño de un día se había hecho realidad. Sonaron las campanas en lo más alto de la torre para llamar a misa. La primera sacristana fue Belén Mantilla. Ha transcurrido medio siglo desde entonces. Las paredes y el techo envejecieron. El estudio arquitectónico recomendó construir otra casa de oración, a cambio de remodelar la que permanece en píe, pero averiada.

Esa es la nueva tarea de quienes ahora (2023) habitan en el barrio y profesan la fe. El costo del primer templo se ha diluido con los años. Se trabaja por otro.

Belisario
La invasión de este sector comenzó en 1980, en terrenos propiedad del municipio. Orfalis González, una de las fundadoras, contó que antes de ponerle el nombre, le enviaron una carta al entonces presidente Belisario Betancur preguntándole si no habría inconveniente, y respondió que así se podría llamar cualquier persona, y así quedó. Inicialmente traían agua en pimpinas desde la avenida Kennedy y la mayoría llevaba la ropa a lavar hasta El Rodeo.

La calles en un comienzo eran "trochas" y una de las características era que habían muchos espinos. Uno de los primeros habitantes del sector expresó que: " Cúcuta tiene la ventaja que acoge a todo el que llega. Tengo que agradecerle mucho a esta ciudad, porque aquí tengo mi rancho, y nosotros lo hicimos a mano, porque no conocíamos a nadie". En 1986, se inició el servicio energía eléctrica. El colegio Hermano Rodulfo Eloy, además de ofrecer capacitación académica a los jóvenes del sector, se ha preocupado por el crecimiento social de la comunidad.

Barrio Blanco
En 1954, El BCH adquirió la finca de Ligia Lara viuda de Vargas y ejecutó un programa de 41 viviendas unifamiliares de dos plantas. El costo de cada vivienda fue de Col$ 30.000, con cuota inicial de Col$ 7.640 y el saldo de Col$ 26.000, financiados a 20 años con un interés del 7% anual, que se dividieron en cuotas mensuales de Col$ 201,58.

La primera casa fue adjudicada en agosto de 1956. Debido a la simetría visual que emana del color blanco del carburo de las casas, los cucuteños y los moradores empezaron a llamarlo Barrio Blanco, dando origen a su nombre.

La "Tienda de doña Berta", en la avenida Cero A con calle 20 es la única que ha resistido los embates del tiempo.

Los primeros que tomaron posesión de estas casas fueron en su mayoría médicos pertenecientes a familias prestantes de la ciudad, así como prósperos comerciantes, profesores y empleados oficiales.

Boconó
Fue un corregimiento de Cúcuta hasta 1986. A mediados de la década de los 40 del siglo pasado sólo conformaban el poblado unos 25 ranchitos "al estilo indígena", y vivían como un resguardo. A comienzos del siglo XX estas tierras producían maíz, yuca, plátano y guineo negro y habían muchas huertas proveedoras de mercado cucuteño.

Entre los más preciados habitantes figuran don Maximiliano Duarte, corregidor por más de 20 años y doña Teresa de Duarte, presidenta de la Junta de Acción Comunal en más de tres décadas. Aunque aún se conservan muchas viviendas antiguas construidas con bahareque en este sector se levantan varios proyectos de vivienda. La terminación del anillo vial ha traído el desarrollo. En sus comienzos, las principales "galleras" de Cúcuta estaban en ese barrio.

Callejón
El dato más próximo acerca de la fundación de este barrio aparece en la historia posterior al terremoto de 1875. El cabildo de Cúcuta, presidido por don José Agustín Berti, se reunió en enero de 1876 en La Vega y meses más tarde se trasladaron al "Barrio Callejón" en la nueva ciudad. A la persona que se comprobaba que no tenía terreno y que carecían de medio necesario para su adquisición, se le adjudicaron lotes en terrenos ejidos, la mayoría por este sector.

La oficina principal del ferrocarril de Cúcuta estuvo en la esquina de la avenida 6 con calle octava. Por la avenida séptima pasaba el tren para ir a la próxima estación. Con el tiempo, en este lugar se ubicó una llave pública de agua, donde los habitantes del barrio se aprovisionaban. Durante mucho tiempo, también funcionaron la cárcel Modelo de Cúcuta, hasta que fue trasladada al barrio El Salado.

Carora
Hace más de medio siglo, en los alrededores de la cancha principal, se encontraban huesos humanos, porque allí existió un cementerio. Al iniciarse el siglo XX, esta parte de la ciudad era despoblada, las pocas familias que habitaban el sector eran pobres, pero poco a poco sacaron adelante el barrio. En los comienzos no tenía servicio de acueducto y la gente se tenía que desplazar a recoger el agua de una llave pública que había en la Estación Cúcuta.

Con el servicio de energía eléctrica sucedió algo similar. Inicialmente el servicio lo suministró la "Luz Duplat" y en los 60 Centrales Eléctricas. En la cancha de fútbol, tradicionalmente, se juegan campeonato de veteranos con la presencia de estrellas de este deporte en el departamento. En algunas oportunidades allí se han organizado corrida de toros. El templo parroquial, construido en honor a la Inmaculada Concepción, fue obra del trabajo comunitario.

Ceiba
Lo que otrora fue una hermosa hacienda propiedad de la familia Abrajim, se fue dividiendo para dar paso a urbanizaciones construidas por particulares. Ceiba II, a continuación del barrio La Ceiba, comenzó a construirse hace 25 años. Las primeras casas, a cargo de Inmobiliaria La Ceiba, se vendieron, especialmente, a trabajadores de Bavaria, empleados oficiales y profesores.

En la primera etapa de Ceiba II, los vecinos recuerdan a los hombres cívicos que se preocuparon por sacar adelante algunas obras para la comunidad, como los parques. Entre ellos figuran Orlando Díaz, Pedro Rey, Rafael Salas, Cecilia Martínez, Lisímaco Pinillos y José Nieto. Actualmente, se construye el templo parroquial Santo Domingo Savio, el cual tiene un diseño arquitectónico moderno. Uno de los aspectos que más ha hecho famoso a este sector de Cúcuta, es la iluminación navideña. Cada cuadra ha tomado su iniciativa, y desde mitad de año realizan actividades para recoger fondos y presentar una vistosa iluminación.

Ciudad Jardín
Los primeros habitantes levantaron la vivienda mediante el sistema de autoconstrucción hace 35 años, cuando pertenecía a GUAIMARAL. El Instituto de Crédito Territorial le dio Col$ 22.400 a cada adjudicatario, que se comprometieron a trabajar los fines de semana. El ingeniero Manuel Calderón fue el líder del proyecto y motivó afianzadamente a la comunidad.

El templo San Francisco de Asís surgió por iniciativa de la comunidad y fue inaugurado, el 2 de febrero de 1972, por el obispo de Cúcuta, Pedro Rubiano Sáenz. El parque infantil, construido por la comunidad, fue inaugurado el 29 de octubre de 1996, el canal de aguas lluvias que corre paralelo al parque principal, nunca se ha rebozado y la comunidad se preocupa por mantenerlo en buen estado. La junta de acción comunal se preocupa por organizar las festividades tradicionales con esmero y dedicación.

Colsag
Nació en 1949, por iniciativa de las empresas Colombian Petróleum Co. y South American Golf Oil Co. y el apoyo del Instituto de Crédito Territorial. Mediante el sistema de crédito se construyeron 50 casas, para pagar en 20 años para obreros, oficinistas y técnicos. El terreno de 20 hectáreas fue comprado a Juan Tomás Sayago y repartido entre 37 manzanas muy irregulares que incluía la zona escolar con cancha de fútbol, el parque Simón Bolívar, el parque infantil Los Leones (hoy parque Colsag) y la plaza Los Almendros o del Balancín.

Uno de los primeros habitantes fue Jorge Rosas y aunque no fue beneficiario compró el terreno contiguo a la clínica Santa Ana fundó allí el expendio San José, uno de los lugares más tradicionales del barrio. En nombre del barrio es un acrónimo formado por las primeras letras de las dos compañías Colpet y Sagot. Éste es el único barrio la ciudad que tiene alcantarillado, cloacas y sifones para aguas de lluvias en los ante- jardines de las casas. La tubería del acueducto es en acero galvanizado traído de Estado Unidos. En cada esquina hay un hidrante.

El Contento
Aquí pareciera que flotara en el ambiente la presencia del padre José Manuel Calderón, sacerdote que impulsó buena parte de las obras que ostenta con orgullo este sector de la ciudad. Dirigió esta parroquia durante 33 años y se entregó por entero a la construcción del templo de Nuestra Señora del Perpetuos Socorro.

Según la tradición oral, el nombre del barrio se debe a que en la primera década del siglo XX existió una tienda llamada El Contento, donde vendían guarapo y tabaco y era muy concurrida por la gente de Cúcuta de ese entonces. Cuando se ponían una cita, se escuchaba decir: "nos vemos en El Contento", y así fue rebautizado el barrio, que tiene muchas casas antiguas.

El Llano
El nombre del barrio El Llano, según investigación efectuada por don Jesús Ruperto Zambrano Rincón presidente de la Junta de Acción Comunal, probablemente surgió por la llegada de Venezuela de una familia oriunda de los llanos de Carora en el  Estado Lara, quienes se establecieron en estas tierras, y montaron lo que allá se llama una pulpería, que no es otra cosa que una tienda de mercancía variada. Como la topografía del terreno, el paisaje y sus características eran muy similares a la de su tierra, lo cual les recordaba su terruño, decidieron colocarle el nombre de pulpería El Llano. Así fue tomando forma de poblado y creciendo paulatinamente alrededor de esa tienda como referencia. El caserío fue de importancia, porque por Cúcuta pasaba gente con mercancías que venía del centro del país por la vía de Pamplona para llegar al río Zulia, que era navegable con piraguas y bongos, y embarcaban con rumbo al Lago de Maracaibo. Otras personas utilizaban la vía de la hoy Loma de Bolívar que era más corta que por el Carmen de Tonchalá y llegaban a Urimaco.

El barrio El Llano fue fundado el 16 de julio de 1851 con un sentido común de pertenencia de sus habitantes basado en su historia. Se limitó con la calle 12 bajando por la avenida 8ª hasta el callejón o canal Bogotá, luego se toma el mismo rumbo del canal hacia la avenida 11 y de ahí hacia arriba para cerrar la poligonal nuevamente con la calle 12.

El barrio El Llano, bien podría considerársele como de los más importante de la ciudad, como quiera que en este territorio localizado en plena zona céntrica de la ciudad fue por donde comenzó la expansión urbanística de lo que hoy es Cúcuta. En su suelo se levantaron innumerables viviendas estilo colonial para un gran sector de familias cucuteñas y uno de los templos con mayor riqueza histórica religiosa, el de San Antonio. Y por si fuera poco, allí también se encuentra el parque que lleva el mismo nombre de la mártir de la Independencia de Colombia, Mercedes Ábrego.

Cundinamarca
La parroquia de la Santísima Trinidad fue fundada, el 12 de marzo de 1954, siendo párroco José Rubén Rubio. La primera capilla se construyó con la ayuda del padre Calderón y perteneció a la parroquia del Perpetuo Socorro. El lote fue un teatro donde se presentaban películas mexicanas que gustaban a los habitantes. Cuando en 1976, el padre Reynaldo Acevedo se encargó de la parroquia las cosas cambiaron., el templo es uno de los más bonitos de la ciudad y eso hace sentir a los habitantes orgullosos.

El padre Reynaldo Acevedo y el líder comunal Marcos Espinosa fueron los gestores del colegio Alejandro Gutiérrez Calderón, que en sus comienzos fue un comedor escolar. Uno de los sitios más agradables en el barrio es el parque en homenaje al compositor nortesantandereano Víctor M. Guerrero.

El Escobal
Este barrio fue hasta mediados del siglo XX un importante centro de producción agrícola para la región. El auge del bolívar en los 70 dio paso a un fuerte intercambio comercial que benefició a este sector y de allí surgieron los "maleteros", pero la crisis económica los tiene con los brazos caídos.

El corregimiento El Escobal pertenece al municipio San Luis, hasta que pasó a ser barrio de Cúcuta. Los primeros habitantes, aprovechando el río, construyeron caños para riego de los sembrados. La vida era campestre y tranquila y las casas construidas, en su mayoría, en adobe; aún quedan algunas de aquella época. Por entonces, la economía giraba en torno a la agricultura y a la pesca.

Las calles que fueron abriendo los vecinos, tenían grandes piedras y el paso de los vehículos se hacía tortuoso, hasta que a mediados de los 50 se mejoraron. Cuando los niños terminaban de estudiar en las escuelas, se iban a bañar al río, porque para ese entonces "era muy limpio". Hasta el agua para consumo humano era extraída de esa corriente natural.

Un profundo sentimiento religioso imperó entre los primeros habitantes y con la ayuda de los vecinos construyeron el templo en honor a San Judas Tadeo patrono y cuya fiesta se celebran el 28 de octubre.

Galán 
Silvio Joaquín Demoya Barragá el 27 de junio de 1967 decidió que había llegado la hora de echar raíces. “Cuando llegué a Cúcuta traía algún dinero y con el compré un terreno y vi que alrededor había otros lotes y me nació la idea de fundar un barrio,  los adquirí y los regalé”.

“El barrio Galán estaba en obra negra por eso al día siguiente me fui para la Alcaldía y me encontré con Eustorgio Colmenares Baptista, por ese entonces la primera autoridad de la ciudad, le conté las necesidades del joven barrio y me dijo que nos iba ayudar. 

Al otro día, muy temprano, llegaron un par de ´catapilas´ y se empezaron a trazar las calles. Solo se gastó la gasolina y el almuerzo de los operadores de las máquinas.

El tiempo iba rápido y las necesidades del barrio no daban tregua; el dirigente a través del alcalde hizo el contacto con el gerente de las Empresas Municipales Germán Guerrero Vargas quien regaló 600 tubos para la instalación del acueducto y el alcantarillado.

El barrio tomó forma y Silvio Demoya construyó de su peculio un puesto de salud, una central telefónica, el teatro Carparís, en homenaje a Carlos Ramírez París y una cancha de microfútbol donde se jugaban los certámenes de mejor nivel de la ciudad e incluso se disputó la final nacional de un Mil Ciudades. 

Guaimaral
La conformación de este barrio no fue nada fácil. En 1960, era incipiente la infraestructura vial y los terrenos estaban distantes del centro. La ICT compró la finca Guaimaral, en 1957, y construyó el barrio, quien fue pionero en su estilo. La fábrica de licores del departamento apoyó constantemente a los primeros habitantes. A pesar de que en sus comienzos tuvo dificultades en los servicios públicos, siempre se le ha reconocido como un barrio delineado y generoso en el trazado de las calles.

En 1961, se adjudicaron las primeras viviendas, considerando inicialmente a familias que tuvieron muchos hijos. El patrono es San Juan Bautista. El templo parroquial se construyó con dineros de los vecinos, pero no alcanzó para el techo, entonces, la comunidad logró que la compañía del Ferrocarril de Cúcuta donara las estructuras metálicas para la cubierta. Este barrio se ha caracterizado por su amor por el deporte.

La Insula
Mientras fue zona de tolerancia no vivían familias, éstas comenzaron a llegar por sugerencia de los dueños de los bares quien al ver que el negocio se caía por la devaluación del bolívar en el famoso "viernes negro". Actualmente, en muchos de aquellos negocios funcionan talleres, son utilizados para depósitos o son simplemente tiendas de barrio. Aunque por las calles transitó mucho dinero, nunca nadie se preocupó por pavimentarlas. El alumbrado público es deficiente.

Entre la negocio más importantes en su época de sector de tolerancia figuraron: Viejo Tango, El Rey Bar, La Casa de las Muñecas, El Dragón Dorado, El Dandy, Katunga, Mi Casita, El Campestre, Kalie, La Quinta, Place Pigal, Villa Luz, etc. Hay anécdotas sobre venezolanos que llegaron a Cúcuta y al cruzar la frontera contrataban un taxi para que los llevara directamente a esos sitios. Los más asiduos visitantes fueron los maracuchos. También, es común escuchar historias sobre mujeres que hicieron fortunas y emigraron hacia otras ciudades, así como de algunas que cambiaron su destino cuando consiguieron que un cliente las sacara de esa vida y formaran un hogar con ellas.

Latino
Amplísimas casonas con mucha vegetación interior que daban sombra, con grandes pajareras, y áreas verdes incorporadas a las piscinas, eran la nota predominante de las construcciones de ese barrio. Algunas de las más viejas construcciones pasan de los 60 años. Una de las principales características del barrio era que a mediados del siglo pasado lo jardines tenían plantas de ixoras, la flor emblema de la ciudad. Hoy sólo hay un bello recuerdo.

La cercanía del barrio latino al estadio General Santander, a la cancha Toto Hernández y a la piscina olímpica, marcó a los habitantes del sector. Los colegios Carmelitas y Santo Ángel iniciaron actividades educativas en ese barrio. Después construyeron sus actuales sedes en otros barrios. La industria de la cerveza Bavaria estuvo ubicada en este sector hasta hace pocos años cuando se clausuró.

La Merced
Fundado en 1957; Las casas conservaban  la placa del Instituto de Crédito Territorial – ICT- , entidad que las construyó con las técnicas modernas y avanzadas de entonces, confortables y con generosas zonas llamadas antejardín – frente a la entrada – y espacios igualmente exteriores para la ornamentación vegetal en donde daban sombra los almendros, florecían mirtos, exoras, alejandrías, cayenos y rosales, y brindaban sus frutos los guayabos y los limoneros.

La Merced pertenece actualmente a la Comuna Cinco. Tiene por colindantes los barrios Lleras Restrepo, Sevilla, Juana Rangel de Cuéllar y Pescadero. Se asoma por el Juana Rangel de Cuéllar a la diagonal Santander, y dista del centro de la ciudad no más de diez cuadras. A cuatro cuadras está la Terminal de Transportes Terrestres.

Lleras Restrepo
El barrio Lleras Restrepo se conforma de una franja de terreno que hacía parte del barrio La Merced y está situado en la parte norte de la ciudad. Estos terrenos no fueron de propiedad privada sino hasta el año 1958. Sus propietarios fueron Víctor César Castro, Ulises Joves, Aziz Abrajim, Luis Hellal, Luis Anselmi entre otros y se comenzó a desarrollar una vez construida la Diagonal Santander.

El barrio se limita partiendo de la intersección de la Diagonal Santander con el canal Bogotá, desde ese punto se toma la Diagonal hasta la esquina del Colegio La Salle en la avenida Cero, de allí se baja por la avenida Cero en línea recta hasta la calle 0 se cruza hasta conseguir el canal Bogotá, luego se sigue paralelo al canal Bogotá hasta conseguir nuevamente la Diagonal Santander.

Según Ciro Sánchez, uno de los primeros pobladores del barrio, cuenta que el nombre surgió en respuesta al entusiasmo y gritos de Lleras, Lleras, Lleras… de los moradores de la zona en el año 1958, cuando el Dr. Carlos Lleras Restrepo, que se destacaba en esos momentos como dirigente del partido Liberal y visitaba la ciudad,  cumplía una invitación a la casa del furibundo liberal Nelson Redondo un costeño que estaba construyendo su casa en la calle 1.

Unas de las primeras familias que establecieron sus residencias en el lugar a finales de los 50 y principios de los 60 fueron:  Ciro Sánchez, Jorge Becerra, Nelson Redondo, Rosario de Ortega, doña Luisa, Jorge Alvarado, Ilia Peña, Lucas Lara, Josefa de Hernández, los Pedraza, los Cuellar, los Sus, los Morena, Jorge Rubio, los Neira, los Llanes, los Espinel, Agustín Hidalgo, Carlos Joves, los Colmenares, don Pacho Duarte, Carlos Espinel, el profesor Paz, don Carlos Peñaloza, Pedro Fuentes, doctor Figueredo Corrales, Aristóbulo Ramírez, Gotardo Pérez, Jaime Sosa, Félix Cárdenas, capitán Torres, los Casadiego, Germán Sánchez, Erasmo Hernández, Eustorgio Colmenares entre otros. 

Las Margaritas
Aunque El Fondo Nacional del Ahorro tuvo la intención de ayudar a las familias asalariadas del sector oficial, ofreciéndole viviendas sin cuota inicial, las penurias que han debido soportar los vecinos de Las Margaritas de Santa Ana por culpa de las aguas negras que atraviesa la urbanización, situación dramática y aún no tienen solución.

Curiosamente, el barrio está debido por la carretera que inicialmente se denominó "A la frontera". La parte alta está dentro de los límites de Cúcuta y la parte de abajo, donde están los mayores problemas con las aguas negras, quedó en su división de Villa del Rosario.

El costo inicial de las casas fue entre Col$ 800.000 y Col$ 1 millón, con cuotas de Col$ 8.000. Los primeros moradores se quejaron porque las viviendas estaban en malas condiciones cuando se las entregaron sin energía eléctrica, ni  agua.

Entre la primera familia están: los Saavedra, Páez, Galván, Castañeda, Castro, Mendoza y Miranda. Tal vez el motel San Juan, desaparecido, es uno de los puntos de referencia el sector.

Niza
Una de las cosas que más hacen sentir orgullosos a los habitantes de este barrio es el templo "Cristo Resucitado", construido con aportes de la comodidad y el impulso del párroco Elver Rojas Herrera. Tiene aproximadamente 25 años de creado. Las primera viviendas no alcanzaron a costar más de Col$ 700.000 y fueron edificadas por el arquitecto Pallotini.

Inicialmente, funcionó como conjunto cerrado, pero debido a que cada vez son más las viviendas en el sector, hoy el acceso es libre. Los habitantes consideran privilegiada ubicación geográfica, pues tienen como vía de acceso a Los Libertadores, y tienen cerca a Cenabastos, la zona franca, universidades, colegios y sitios nocturnos. El polideportivo, inaugurado en julio de 1999, es el sitio ideal para recreación de la comunidad juvenil.

Los Pinos
Sombreado por altos árboles plantados por los primeros propietarios a medida que ocupaban las casas, Los Pinos pasó de ser un barrio de interés social a uno de clase media alta por el progreso económico de sus habitantes. Hace 30 años, fue la primera zona urbanizada de aquellos parajes que formaban parte de la gran hacienda La Ceiba. Los lotes organizados por Cayetano Morelli, correspondieron al último plan del Instituto de Crédito Territorial (ICT), de vivienda de interés social en la ciudad. Está compuesto por 80 casas que originalmente eran idénticas y que con el paso del tiempo cada propietario adecuó a sus necesidades. El parque principal lleva el nombre de Aziz Abrajim Elcure en honor al dueño de los terrenos y quien cedió el lote para construir el polideportivo que hoy luce remodelado.

Gracias al reverendo padre Laureano Ballesteros, este barrio obtuvo el reconocimiento en la ciudad, al pasar de un sector poco visible a un floreciente sector residencial. Allí funcionan obras sociales por aquel querido sacerdote, que tiempo después se fue para San Cristóbal ante desacuerdos con su superior, el ordinario de turno.

La Playa
Cuando el río Pamplonita crecía por efecto de los torrenciales aguaceros, se salía de su cause e inundaba las avenidas primera y segunda. Los habitantes pusieron en la puerta de entrada defensas o muros para evitar que el barro y que el agua les dañara los elementos que poseían. Además, el gobierno construyó la muralla de cemento partiendo del puente San Rafael hacia el norte. De ahí el nombre de barrio La Playa.

Este barrio tenía las características necesarias para un buen desarrollo y convivencia sana; los habitantes disponían de servicios para un desarrollo armónico en lo económico, político, social y religioso. Muchas familias tradicionales, otras de estirpe, como también de clase acomodada, tuvieron asiento en este barrio.

Prados del Norte
En 1984, Viviendas y Valores construyó las primeras casas de tipo bifamiliar, creando un polo de desarrollo hacia este sector, que ahora después de 20 años, agrupa a más de 3000 familias.

La organización es abierta y tiene varias vías de acceso; la arquitectura varió en cada etapa de construcción, porque además de las casas bifamiliares, la hay unifamiliares de un piso, de dos pisos, apartamentos, bloques y conjuntos cerrados.

Los residentes católicos, desde un comienzo decidieron llevar a un sacerdote a oficiar misa los domingos debajo de un árbol y muy pronto se entusiasmaron para construir el templo. La constructora donó el terreno y hoy goza esta comunidad de un templo consagrado al "Inmaculado Corazón de María". 

Popular 
El barrio Popular fue creado hacia 1942, el 4 de julio de ese año el Alcalde decretó la expropiación del terreno para la construcción del barrio y fue el primero construido por el gobierno nacional en Cúcuta para la clase media. En sus comienzos fue el Barrio Popular motivo de atracción y novelería por parte de los habitantes de Cúcuta, quienes los fines de semana organizaban paseos familiares al barrio para conocerlo y disfrutarlo, unos a pie y otros, los más pudientes, contrataban taxi.
 
Quinta Bosh
Una parte del complejo habitacional del barrio reconstruido por el Instituto de Crédito Territorial (ICT), que entregó más de 30 viviendas a empleados oficiales, comerciantes y profesores. Algunos años después, constructores particulares comenzaron a dictar en las manzanas contiguas y así, se fue ampliando el sector que tuvo como uno de los principales atractivos el amor por la vegetación.

Poco a poco, y con el transcurrir del tiempo, se formaron las avenidas Los Faroles y de Los Pinos, como túneles de vegetación natural. Uno de los personajes mas recordados y queridos por esta comunidad fue Humberto Montañez, quien vivió en Quinta Bosh buena parte de su vida; "fue uno de los promotores y líderes cívicos. Fue un gran político liberal", comentó uno de sus moradores.

Entre los lugares curioso de este sector de la ciudad figuran el templo de la Logia Masónica o de Los Masones y el edificio de dos pisos construido por Enrique Cuadros Corredor.

Quinta Oriental
Hace aproximadamente 40 años comenzó a poblarse en forma incipiente el sector que hoy se conoce como Quinta Oriental, en los terrenos que en el pasado estuvieron destinados a la cría de ganado y a la explotación agrícola.

Nunca imaginaron los primeros habitantes de este barrio que con el tiempo florecería una dinámica Ciudadela Estudiantil, donde están las universidades Francisco de Paula Santander, Antonio Nariño, Escuela de Administración Pública (ESAP); los colegios Seminario San José, Fátima, Comfaoriente y colindando con El Iném y El Municipal.

Entre los aspectos por resaltar de este barrio están el polideportivo, el parque del Centenario y la escuela de fútbol de la Quinta Oriental, que ha logrado triunfos a nivel local, nacional a internacional y que cada año se consolida como una verdadera escuela de fútbol.

En el sector, abundan jardines infantiles, y restaurantes que ofrecen almuerzos ejecutivos. La fábrica de dulces Dulcilandia suministra el 60% del mercado de la ciudad.

El Rodeo
El antiguo corregimiento El Rodeo se mantiene incólume al paso del tiempo y se asimiló a esta capital como un barrio, pero hasta ahora comienza llegar el progreso a sus habitantes. Se le considera histórico porque era paso obligado de los arrieros que descansaban con sus bestias junto a la Quebrada Tonchalá, y continuaban hacia San Cayetano. Sus moradores, casi todos de origen campesino, vieron decrecer hace varios años la cría de cabras y cerdos y la confección de cestas, base de una economía incipiente.

Así, tuvieron que buscar otros caminos para la supervivencia, generalmente los hombres como ayudantes de construcción y las mujeres, junto con la crianza de los hijos, son expertas en la culinaria, en especial, preparando el cabrito en salsa o en coco, o el tradicional dulce "Tonchalero", de leche de cabra con panela, originario de estos parajes.

Los habitantes de este sector pertenecen a los estratos 1 y 2. Actualmente tienen un buen transporte público luego de que se aprobara y ejecutara el proyecto de unir el sector con Belén el cual fue recientemente pavimentado.

Salado
Don Juan Maldonado, fundador de San Cristóbal (Venezuela), a su paso por estos caminos creó una ranchería para el descanso de sus hombres en lo que hoy se conoce como El Salado. Tomó el nombre de una laguna cristalina que estaba en los alrededores y que tenía un característico sabor salado.

Este sector tuvo auge comercial en el siglo pasado porque era el cruce de caminos de herradura. La imagen de la patrona, Santa Rosa de Lima, fue traída de Cataluña (España) por Rita Mora de Sándica, en 1905. La construcción del templo fue emprendida a comienzos del siglo XX por Pedro Contreras y Oscar Bautista, quienes fundaron una gran tienda y la ganancia la destinaron a la compra de materiales y el pago de la mano de obra. Virgilio Chona Albarracín fue el primer párroco, y se esmeró por el crecimiento espiritual de los feligreses.

Aunque con el transcurrir del tiempo las cosas han variado sustancialmente, las fábricas artesanales de ladrillo aún son un aspecto importante en el desarrollo del barrio. La Cooperativa Coagronorte Limitada, establecida desde hace varios años, cumple una acertada labor en la generación de empleo y desarrollo.

San Luís
Famoso a comienzos del siglo XX por los canoeros y pescadores de panches, apenas si conserva vestigios de mejores días, cuando fue el centro comercial y productivo de la ciudad.

El mayor símbolo arquitectónico de este barrio es el templo parroquial dedicado a la virgen Nuestra Señora de Chiquinquirá, patrona de Colombia. La parroquia fue creada en 1660, y estaba en la avenida segunda entre las calles 15 y 16, pero fue destruida por el terremoto de 1875.

El sacerdote Demetrio Mendoza, hijo ilustre de estas tierras, la consagró en 1897, como San Luis Gonzaga de Cúcuta.

También existieron la Estación San Luis del Ferrocarril de Cúcuta; el puente Araujo, construido en 1893 e importado de Inglaterra para la Compañía del Ferrocarril; el aeropuerto Lanza, que comenzó a funcionar en noviembre de 1949, y el cementerio, considerado el primero de la ciudad. 

Brisas de Sinaí 
Aunque el nombre Brisas de Sinaí no suena mucho en la comuna 3, y muchos de sus vecinos desconocen su existencia, tras ser legalizado, desde hace dos años ostenta el título del barrio más pequeño de Cúcuta.



Quizás estar conformado por calle y media, no tener cancha de fútbol, ni salón comunal, y solo contar con 44 familias en sus predios, hace que pase inadvertido para sus vecinos. A esto se le suma que está incrustado como un parche entre La Esmeralda, Mujeres del Futuro, y Betel. Los límites solo los tienen claros Planeación Municipal, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, y el vecindario.

Con nueve años de fundación, el pequeño barrio quiere ser reconocido más que por su tamaño, por el empeño de su gente por alcanzar la legalidad. Con solo 15 días de haberse metido a la fuerza a un predio privado, los líderes encabezaron un comité de trabajo con un único fin: encontrar al dueño de los terrenos  invadidos.

José Ibáñez, el actual presidente de junta, encabezó la comitiva, y tras indagar en la alcaldía y en el Igac, y en las notarias, encontró que al propietario del lote. Pese a que tenían una orden de desalojo vigente, los líderes se contactaron con el dueño y tras insistirle durante un mes que les vendieran este accedió.

“Somos de los pocos barrios de la ciudadela La Libertad que invadieron y tienen ya escrituras de terreno”, dijo con orgullo Ibáñez. Luego de varias reuniones con la comunidad y del regateo  de estos para que el dueño le bajara el precio al predio se logró concretar el negocio. “El nos pedía 12 millones por el lote y nosotros ofrecíamos 8, finalmente quedamos en 9 y como si fuera poco le pedimos un plazo de 8 meses para pagárselo”, recordó Ibáñez en medio de risas. “El señor entendió nuestras condiciones económica y nos colaboró”.

De inmediato los vecinos empezaron a gestionar ante la alcaldía su legalización. Las familias fueron ubicadas en lotes de 5,20 metros de frente por 15 metros de fondo, y se dejaron dos áreas para el salón comunal y un parque. Se quedaron con las ganas de la cancha de fútbol por la falta espacio.

“Somos un barrio pequeño que piensa en grande. Hemos podido escalar y conseguir lo que  nos proponemos en poco tiempo”, explicó  Ibáñez, al referirse que a los tres años de instalados ya tenían redes de acueducto y alcantarillado, energía eléctrica y alumbrado público.

Por ahora tienen pendiente la pavimentación de su vía de acceso, y la media calle que conforma el barrio, así como la construcción de un canal de aguas lluvias.

Brisas de Sinaí quiere en poco tiempo llegar a ser un barrio modelo, pues aseguran que pese a que su barrio difícilmente supera la centena de habitantes, el empeño y trabajo de sus vecinos por salir adelante vale el triple.

San Martín
Como muchos barrios de Cúcuta, surgió como consecuencia de una invasión en la parte alta de la margen derecha del río Pamplonita y se ha extendido tanto, que ya conforma una ciudadela con más de 10 barrios.

Entre los primeros pobladores y organizadores de esta zona está Emilio Ramírez un activo líder cívico que ocupó por varios años la presidencia de la Junta de Acción Comunal. Inicialmente, se tomaron los terrenos del Instituto de Crédito Territorial, repartidos a finales de 1974. Los directivos del I.C.T. aceptaron y les dieron linderos de la parte donde podían comenzar a construir las viviendas. Desde el comienzo no se permitieron los ranchos, sino que las casas debían ser de ladrillo, y cuando veían que en un terreno no se comenzaba a construir y sólo estaba cercado, la junta cívica decidía dárselo a otra persona que estuviera interesada en levantar rápido la casa.

Cada familia, en promedio, demoró cinco años en adecuar por completo la casa en un terreno de 10 m de frente por 30m del fondo y antejardín de 3 m. El templo parroquial está construido en un terreno de 4800 m², por iniciativa de los primeros vecinos, quienes lo edificaron con sus recursos y algunos que dio la Diócesis.

San Miguel
Inicialmente se llamó Benjamín Herrera. Los terrenos pertenecían a la finca Santa Bárbara, propiedad de Hilario Sosa. Pese al interés de las primeras familias, la sesión estatal llegó al sector el 20 de julio de 1936, cuando se inauguraron los puentes Bogotá en la calle 9 y Once de Noviembre en la calle 10 sobre El Canal Bogotá. Esto pasos fueron el inicio del progreso, porque el barrio quedó comunicado con el centro de la ciudad y la pavimentación del Canal sirvió para descongestionar el tránsito automotor. En 1927, se conformó la primera junta de acción comunal, presidida por Irene Tenorio.

El comienzo del servicio de energía eléctrica fue suministrado por la Luz Duplat y el de acueducto con la toma pública de la calle novena con avenida 14. Uno de los sectores más tradicionales del barrio es el parque Los Aburridos, llamado así porque siempre se veía por allí gente en cuyo rostro se descubría la falta de interés por lo que le rodeaba. Después lo llamaron parque Las Madres y Juan Agustín Ramírez Calderón.

San Rafael
A mediados del siglo pasado funcionó en la ciudad el tranvía, que tenía varias estaciones, una de ellas, la Sur que estaba en la avenida primera, frente a la Curia.

Esto hizo que su alrededor, poco a poco, se fuera poblando. Otro factor que influyó fue la adecuación del puente Benito Hernández Bustos, hoy Puente San Rafael, pues era por allí por donde la gente que venía de Bogotá entraba la ciudad. Por ser paso obligado, tanto por carretera como por la línea férrea, San Rafael fue un activo centro comercial y a sus alrededores la población se asentó y comenzó a extenderse hacia el cerro por falta de espacio plano.

Un brazo del río Pamplonita cruzaba el sector y sirvió para que la gente se aprovisionara de agua, lavadero público y sitio de recreación.

El templo parroquial fue obra del sacerdote Eduardo Trujillo, quien se distinguió porque desde el comienzo quiso que fuera majestuoso. La adecuación del parque José Eusebio Caro y del colegio Luis Carlos Galán Sarmiento le han dado en los últimos años un cambio hacia el progreso.

Santander
Comenzó a poblarse, con los primeros alfareros que llegaron al sector, quienes se establecieron y funcionaron en más de 40 chircales. Paralelo se organizaron criaderos de cabras y fábrica de muebles.

Entre sus personajes cívicos destacan Estolano Guerrero, Francisco Buitrago, Pablo Isaías Miranda, Alfredo Vega y Pastora de Maldonado.

El sacerdote Carlos José Mendoza inició la construcción del templo de Nuestra Señora de las Angustias, y en la obra colaboraron vecinos de los barrios Alfonso López, San José, Galán, Magdalena, Gaitán y Nuevo.

En un lote contiguo al templo parroquial, donado a la comunidad por Aziz Abrajim, las empresas municipales construyeron el mercado "De las Angustias". El barrio se constituyó con personería jurídica en 1963, cuando se formó la primera junta de acción comunal. Sus habitantes pertenecen a los estratos 1, 2 y 3. 

Simón Bolívar 
El barrio Simón Bolívar fue fundado con este nombre el año 1993 por familias de diferentes partes del país. Sus primeras viviendas fueron construidas en madera, cartones, plásticos, entre otros, las cuales carecían de una serie de necesidades y servicios públicos  a los que tiene derecho todo colombiano.

Como carecían de servicios públicos, los primeros habitantes decidieron una junta directiva encargada de gestión que el sector tuviera contara con agua potable y energía eléctrica entre otros.

Albeiro Hernández ex presidente de la junta de acción comunal dijo que durante su periodo como presidente “se obtuvieron muchos logros como fueron la instalación del acueducto, alumbrado público, la pavimento de algunas vías, construcción del alcantarillado, juegos infantiles, el parque Simón Bolívar que fue fundado por mí, Colegio Paz y Futuro, salón del adulto mayor, y construcción del Centro de Desarrollo Social y Cultural Simón Bolívar por parte de la Universidad  del mismo nombre, buscando el desarrollo y beneficio general de la población de la zona”.


Hay un proyecto que traza de una manera significativa este sector como lo es la construcción del anillo vial occidental por parte de la empresa San Simón  que de una u otra manera aportan al progreso del comercio y la industrialización para el desarrollo del barrio.

Trigal del Norte
No tiene la historia de los otros barrios, pero si el empuje de una comunidad que quiere salir adelante. Empezó a ser habitado en 1994, cuando fueron entregadas las primeras 160 casas. Hablar de las personas o del nombre específico de los primeros moradores es difícil, porque aquí no hubo fundador, ni quienes promovieron la toma de terrenos, como ocurrió en otros sectores de la ciudad. Su habitantes en la mayoría pertenecen a los estratos 2 y 3.


La ciudadela Juan Atalaya

La ciudadela Juan Atalaya está conformada por los barrios pertenecientes a la comuna 7 y 8: Rosal del Norte, Chapinero, Claret, Comuneros, Tucunaré, Motilones, Las Américas, La Florida, Buenos Aires, El Paraiso, La Ermita, Ospina Pérez, La Primavera, La Laguna, Colombia I y II, Atalaya I,II,III etapas, El Progreso, Antonia Santos, Cerro Pico, Palmeras, Belisario, Cúcuta 75, Los Almendros, Niña Ceci, Carlos Ramírez París, Doña Nidia, La Victoria, 1º de Enero, El Rodeo, La Coralina, El Minuto de Dios, Nuevo Horizonte, Los Olivos, El Desierto,7 de Agosto, Juana Rangel de Cuellar, y Valles del Rodeo.

Este sector ha crecido enormemente en las últimas décadas. Actualmente cuenta con una población aproximada de 400 mil habitantes.

Atalaya es un paso obligatorio para quienes desean ir para el municipio de El Zulia, Salazar u Ocaña. Al pasar por la autopista principal los transeúntes se encuentran con más de 20 canchas de futbol, microfútbol y baloncesto. Este sector es popular por los torneos de microfútbol que se organizan constantemente. Canchas como La Unión, La Bombonera, 20 de Julio, El Balón, La Rojinegra, El Apóstol, La Virgen, El Polideportivo de Atalaya, La cancha Chapinero, la de tabletas, el coliseo cubierto de Claret, Las Mellas, 7 de Agosto son las protagonistas de estos torneos.

La educación se ha convertido en uno de los fuertes de esta ciudadela que cuenta con una sede del Sena, El Centro Tecnológico de Cúcuta, y más de 20 colegios con diferentes sedes. Entre los que se encuentra el Colegio Integrado Juan Atalaya con más de 5 mil alumnos.

En la parte de salud también está bien equipada. Atalaya tiene el Policlínico en la I etapa, y once puestos de salud: Claret, La Ermita, Chapinero, Comuneros, Ospina Pérez, Antonia Santos, El Rodeo, Niña Ceci, Doña Nidia, Palmeras y Belisario.

El Centro de Convivencia Ciudadana, La Subestación de Bomberos Voluntarios de Cúcuta, La Estación de Policía de Atalaya, también hacen parte de esta ciudadela.

Antonia Santos
A mediados de 1974, un grupo de familias que no tenía dónde vivir decidió invadir unos terrenos en la vía que conduce a El Zulia y lo bautizaron como Antonia Santos, en honor a la heroína santandereana de la época de la independencia. Entre los primeros pobladores figuran los Machado, Rodríguez, Grimaldo, Páez y Cárdenas. Los que fueron ubicándose en los terrenos eran campesinos, que venía huyendo de la violencia o en busca de mejorar el nivel de vida, aunque para la época esta zona era el basurero de la ciudad.

En 1976, se conformó la primera junta de acción comunal y los líderes comenzaron a organizar bazares y bailes a la luz de las velas y lámparas de kerosene, con el fin de recaudar fondos en beneficio de la comunidad. La vinculación de la Corporación Social y Educativa Paz y Futuro que dirige Antonio Manrique, sirvió para que el barrio se transformara. Hoy es considerada la Universidad de los pobres. Sus habitantes pertenecen a los estratos uno y dos.

Chapinero
La invasión del barrio empezó a gestarse entre 1958 y 1960, cuando cientos de familias empezaron a apropiarse de los lotes baldíos que constituían este sector cucuteño. La junta acción comunal está constituida desde 1965 y a partir de esa fecha se celebra el aniversario del barrio. Luis Sabas Rodríguez fue uno de los primeros habitantes, pero no fue de los invasores, sino que le compró el lote a un vecino que cercó el terreno, pero no tenía dinero para construir. La presencia del sacerdote Jaime Montagouth cambió radicalmente al sector y además de preocuparse por el crecimiento espiritual de los feligreses logró la construcción y puesta en funcionamiento del centro educativo los Santos Apóstoles,  construido en terreno cedido por la Alcaldía mediante El Acuerdo 032 de 1995.

El sector ha sido víctima de varios ataques subversivos, sobre todo a "El Palustre", dejando llanto, dolor y desconsuelo entre sus habitantes. La fiesta patronales son el honor a los Santos Apóstoles y se celebran el último domingo más cercano a la fiesta de Santiago, el mayor. El barrio está dividido en 12 sectores y cada uno representa un apóstol. San Mateo en la calle 0 al pie del cerro, San Pedro en la calle 0 con avenida 1 y 2, Simón Cananeo en la calle 1, San Bartolomé en la calle 2, San Andrés en la calle 3, Santiago Apóstol en la calle 4, entre otros. Precisamente,  producto de la fe y la devoción se terminó la construcción de este templo. “La ciudadanía colaboró para la construcción de la casa de Dios.

En el 2008, igualmente con la presencia del párroco de esta comunidad, Víctor Manuel Lazo, y con el entonces Obispo de Cúcuta, Monseñor Oscar Urbina, se inauguró la nueva construcción de la Iglesia Católica "Los Santos Apóstoles del Barrio Chapinero".

El sector San Felipe (el triángulo), ubicado al sureste de la comunidad de Chapinero, hospeda antenas de telefonía.

Para 2011 cerca de  18.000 personas viven en las 70 manzanas que constituyen el populoso barrio de la ciudadela Juan Atalaya.

Chapinero se ha convertido en un sector comercial, donde sobresalen grandes supermercados como El Betel y empresas de reconocimiento local,  como El Palustre.

El ámbito educativo no ha sido ajeno a esta evolución. El Colegio Santos Apóstoles con sus cuatro sedes de básica primaria (José Celestino Mutis, El Rosal, Escuela N° 19 y Kennedy), cuenta con 1.500 alumnos. Sin contar con los dos colegios privados: el Clásico Ciudad de Cúcuta y el Espíritu Santo.

El deporte también ha tenido gran desarrollo en este barrio. El polideportivo de Chapinero es conocido por los constantes campeonatos e interbarrios que juegan en allí. En la cancha constantemente se pueden observar a niños y jóvenes entrenando durante todo el día, pertenecientes a las cuatro escuelas de formación deportiva que funcionan en la zona. La cancha de las Américas y el coliseo cubierto son otros de los escenarios deportivos a destacar.

El empuje, la perseverancia y el constante trabajo son las cualidades de los habitantes de Chapinero, por lo cual resaltan aquellos ‘hijos ilustres’, que se han destacado por sobresalir y dejar en alto el nombre del barrio. Santiago Medina, director del Sisbén, Ángela Celis, Secretaria de Desarrollo Social Municipal, y Marina Lozano, exsecretaria de Tránsito, exsecretaria de Desarrollo Municipal y actual candidata a la Asamblea de Norte de Santander, fueron algunos de los nombres expuestos.

Un personaje que dejó  en alto el nombre de Chapinero es Danny Solís, mejor conocido como ‘Vicente Fernández’, participante del concurso del canal Caracol ‘Yo me llamo’.

Claret
El 2 de agosto de 1959, El ICT adjudicó unos lotes a humildes familias en los terrenos que fueron propiedad de Juan Atalaya, para que mediante la modalidad de auto construcción comenzarán a desarrollar lo que hoy se conoce como el barrio Claret y cuenta con 36 manzanas cada una con 27 casas, cuatro manzanas. Cada una con cuarenta casas y una manzana con cuatro casas, inicialmente se definía como urbanizaciones, segunda y cuarta etapa fue con la llegada de los claretianos que la J.A.C. y la comunidad aprobaron llamarle BARRIO CLARET, para unificar las dos etapas.

Anteriormente, se habían adecuado los terrenos con alcantarillado y acueductos, y aunque no tenían servicio de agua, se entregó a cada familia ladrillos, puertas y un sanitario para que comenzaran la obra.

Las cuotas por la deuda de los lotes quedaron en 46,20 pesos cuotas fijas, durante 15 años. Muchas penurias tuvieron que soportar los vecinos en aquellos comienzos por falta del vital líquido, que compraban a los carro-tanques.

Tomaron el nombre por la primera congregación religiosa que llegó al sitio a levantar la capilla, en honor al padre español Antonio María Claret.

Este barrio se ha caracterizado desde el comienzo por tener un gran amor al deporte e incentivar la práctica del fútbol y el baloncesto. Recientemente, la junta de acción comunal adecuó el polideportivo, cubriendo la cancha que hay junto al parque principal, donde también hay espacios para niños. En estos momentos este barrio es uno de los más importantes de la ciudadela de Juan Atalaya, pues es el centro, posee una parroquia que lleva el nombre de San Antonio María Claret, un puesto de salud, salón comunal, un comedor para la tercera edad, un comedor infantil, un coliseo cubierto que lleva el nombre de un presidente de J.A.C., VICTOR MONTES, una plaza de mercado, tres parques, una cancha para fútbol cancha el apóstol, una tienda de origen francés llamada Carrefour, dos liceos privados: Caritas felices, Antonio Nariño, la escuela pública No 30, el colegio Claretiano mixto que pertenece a la comunidad claretiana, el Colegio Integrado Juan Atalaya que en sus dos jornadas reúne 3.000.alumnos. La junta de acción comunal elegida por voto popular el 27 de abril de 2008, cuyo presidente Alcides Mancipe Ortega ha gestionado importantes obras para el beneficio común

Comuneros
El 29 de junio de 1965, cientos de Cujíes que habían en el camino que conducía a Puerto Villamizar se llenaron de tricolores hechos en papel con los invasores del barrio que hoy se conoce como Los Comuneros.

Ese día después de múltiples acosos y detenciones por parte de la policía y ejército, el alcalde se apareció en el lugar para conocer quienes querían irse a vivir allí, en terrenos que figuraban como ejidos del municipio. El organizador de la invasión fue Víctor Castellanos, quien había hecho causa común con los que no tenían vivienda en la ciudad, desde 1964.

El barrio llevan nombre en honor a los líderes de la revolución campesina que lucharon por un pedazo de tierra, "igual que nosotros", expresó un habitante del sector. Las calles son amplias, bonitas y bien arborizadas. En 1984, se construyó el primer Centro de Desarrollo Vecinal (CDV), piloto en Cúcuta. Los habitantes de este sector pertenecen a los estratos 2 y 3.

La Ermita
Hace 30 años, una familia numerosa decidió instalarse en agrestes caminos rodeados de matorrales y Cujíes, cansados de ser desalojados de una y otra parte. Hermelina Rojas, oriunda de Durania, vivía en Puerto Santander y se vino en un "aniego"; se arrimó a donde una hermana en Cúcuta con sus 10 hijos y comenzó la incomodidad por la numerosa parentela.

Por eso, Hermelina decidió partir con su familia a buscar dónde construir un rancho en las cercanías del barrio Mariano Ospina Pérez. Los primeros habitantes del sector tienen historias similares a la de Hermelina y cuentan con rabia que aún afrontan incomodidades por la escasez de agua. El nombre del barrio se lo puso Avelino Robles, asesinado siendo presidente de la junta acción comunal, el homenaje a un caserío cercano Ocaña.

Uno de los problemas más graves que tiene el barrio, es la mala fama, debido a los múltiples problemas de violencia que se vivieron, pero desde que hace presencia la fuerza de tarea Motilón las cosas cambiaron positivamente.

La niña es Ceci y la doña es Nidia
Quizás  Ernestina Contreras de Moreno, fundadora del barrio Niña Ceci, nunca imaginó que luego de  36 años de su creación todavía siga la duda del verdadero nombre de este barrio perteneciente a la ciudadela Juan Atalaya.

Las busetas de transporte público llevan en el letrero de su ruta ‘Doña Ceci’, sin importar la empresa a la que pertenezcan. Los vecinos del sector también la llaman ‘Doña’. Pero, afortunadamente,  solo los residentes del barrio no dudan en afirmarlo: “no es Doña, es Niña”.

Diomar Carrillo, conductor de buseta desde hace más de 15 años, dice en forma jocosa que el barrio se llama ‘Doña Ceci’, porque la ‘niña’ ya creció. Y esta afirmación la tienen muchas otras personas de este mismo gremio.

Por su parte,  José Ramón Lizcano, residente del sector y expresidente de la junta de acción comunal, asegura que el nombre del barrio se dio en honor a Cecilia Caballero, esposa del presidente Alfonso López Michelsen (1974-1978).

“Le pusieron Niña Ceci porque en la costa se utiliza ese apelativo para tratar con respeto a las señoras. Es equivalente a lo que para nosotros es el ‘doña’. La gente de ese entonces buscaba prendérseles a los políticos, pensaban que al bautizar al barrio con el nombre de la esposa del presidente de ese momento iban a conseguir algún tipo de ayuda del gobierno”, relató Lizcano.

Este hombre de 71 años,  de cabello blanco y memoria intacta,  recuerda como en alguna ocasión en las que el presidente López Michelsen visitó a Cúcuta fue llevado por algunos simpatizantes a que conociera el barrio que llevaba con honor el nombre de su esposa.

“El presidente nos visitó, era de noche y los terrenos no se podían divisar muy bien, por lo que le alumbraron el camino con velas y faroles. Lo trajeron hasta El Quiosco y empezaron a hacerle una serie de peticiones. Jamás volvió después de aquel día”, recordó.

Lizcano dice con certeza que Niña Ceci es la ‘anfitriona’ de este sector. Cuando doña Ernestina empezó a repartir los lotes donde hoy se ubica este barrio, el terreno era muy extenso, al pasar los años se fueron independizando algunas áreas, creando nuevos barrios.

Es ahí donde nace Doña Nidia, haciendo alusión a la esposa de Julio César Turbay Quintero, presidente de Colombia (1978-1982). “Ellos nos imitaron a la hora de ponerle nombre al nuevo barrio que surgió”. Se trata de Nidia Quintero de Balcázar, quien se divorciara del exjefe de Estado y quien dirige la campaña Solidaridad por Colombia.

Los jóvenes tampoco se quedan a tras a la hora de opinar sobre el verdadero nombre de este barrio, para ellos decir ‘niña’ o ‘doña’, da igual, pues de todas formas se habla del mismo lugar.

Aunque han pasado más de 30 años, ‘la niña’, creció en número de habitantes, pero no en su razón, pues hasta el día de hoy sigue apareciendo en su personaría jurídica con el sello de Niña Ceci, como se le conocía a Cecilia Caballero de López, nacida en Bogotá, del matrimonio formado por Julio Caballero y  Mary Blanco.
 


Tucunaré
En la parte alta hay buenas construcciones y calles pavimentadas; mientras que por la vía a El Zulia (parte baja), el aspecto es diferente. La parte alta comenzó a conformarse a principios de los 50, cuando la Ciudadela Juan Atalaya se convirtió en una zona propicia a las invasiones.

Como todo los demás barrios de invasión, los habitantes debieron afrontar penalidades por carecer de vías, alcantarillado, acueducto, energía y seguridad. Los terrenos pertenecían al municipio y en algunos casos todavía no han sido legalizados. En la presidencia del líder comunal Eduardo Royero se vieron el alcantarillado, acueducto y recolección de basura.

La mayoría de familias son humildes, pero trabajadoras. Una de las peores tragedias vividas en el barrio fue del derrumbe de medio centenar de viviendas que se deslizaron de la parte alta hace algunos años. Desde entonces, quedó denominado como de alto riesgo. 

13 de Mayo (es asentamiento)
Sus calles son tranquilas y calladas, el silencio se interrumpe con algún equipo de sonido que se enciende pasadas las 9:00 de la mañana. Más allá del barrio Belisario,  entre Nuevo Horizonte y el Minuto de Dios se encuentra el 13 de Mayo, un asentamiento con nombre de esperanza. “Le pusimos así en honor a la aparición hecha por la Virgen María en esta fecha para ver nos hacía el milagrito de cuidar nuestro barrio”, declaró Rosa Delia Barrera, una de las fundadoras. Y es exactamente ‘un milagro’, el que esperan desde hace 14 años los habitantes para que la administración municipal se acuerde de su existencia. Desde su fundación y hasta el momento solo han recibido la pavimentación de algunas cuadras por medio del programa comunidad-gobierno, pese a la ardua gestión hecha por Gladys Zambrano, presidenta de la junta de acción comunal.

Una de las principales trabas que le han puesto a la dirigente para empujar los proyectos en beneficio de la comunidad,  ha sido la falta de legalización de predios en ese sector de la ciudadela Juan Atalaya.
Razón por la cual ese trámite y la regularización de tierras se han convertido en la bandera de su labor comunal. El asentamiento lleva más de siete años luchando por intentar la conquista de esta meta y aún no lo ha alcanzado. “Mediante la legalización sería más fácil tramitar los programas de mejoramiento del barrio y podríamos acceder a muchas ayudas de las cuales hoy estamos privados por nuestra condición de ilegalidad”, comentó. Con esfuerzo de la comunidad poco a poco la barriada ha ido creciendo. Sin embargo,  la falta de unión y de apoyo conjunto ha hecho que este proceso sea lento. “Si todos colaboráramos y nos comprometiéramos de corazón con el mejoramiento del barrio,  las obras avanzarían con mayor rapidez”.

Al cumplir  más de una década de haber sido levantado,  este asentamiento no cuenta con los elementos que ya tienen barrios con menos edad. En el 13 de Mayo no hay salón múltiple. El espacio concebido en los planos para construirlo, fue invadido hace varios años. Razón por la cual no se ha podido gestionar su construcción ante la ausencia del terreno adecuado.  La misma situación ocurre con el parque infantil, el cual tuvo que ser ejecutado en el barrio Nuevo Horizonte. “Tramitamos lo necesario para la construcción de un parque infantil, pero como no había espacio donde ubicarlo,  tocó construirlo en el barrio vecino. Sin embargo, lleva el nombre de nuestro asentamiento”, declaró.

El predio destinado para las zonas verdes y recreativas,  también fue ocupado ilegalmente. Los 800 habitantes de este sector no tienen un espacio de recreación y esparcimiento propio. El único escenario deportivo con el que cuentan es una cancha de tierra en los límites imaginarios con el barrio Juan Pablo II. “Los muchachos de Juan Pablo no dejan utilizarla a los de acá, ellos se adueñaron de ella”, dijo Gladys Zambrano.

En el 13 de Mayo invaden sobre lo invadido. El poder y las tierras tomadas a la  fuerza  y las amenazas,  se han convertido en el pan diario de los habitantes de este sector. La comunidad hace un llamado a la Alcaldía de Cúcuta para que agilice el proceso de legalización, por que según ellos,  sería “el milagro” que les permitiría poderse consolidar y organizar de la mejor manera.

San Jerónimo (es asentamiento)
Cuando Marisol Castro Lozada, una de las fundadoras del asentamiento San Jerónimo llegó a vivir a estas tierras, el terreno estaba escarpado y lleno de tunas y maleza. Un amigo cercano le ofreció el predio por la vía a El Zulia para que construyera su propia casa. Castro no lo pensó dos veces, y con siete meses de embarazo decidió mudarse para este lugar localizado en la ciudadela Juan Atalaya entre La Primavera y la vía a El Zulia.

La única compañía que tenía Marisol, al principio, eran los sapos y las chicharras que chillaban a cada rato, según recordó. Con gran esfuerzo ella y su esposo construyeron un modesto rancho de madera el cual fueron mejorando a medida que pasaban los años y más se poblaban estas áridas tierras del occidente cucuteño. Quince años han pasado desde entonces. Los mismos que tiene su primogénita, la primera niña nacida en San Jerónimo, quien se ‘salvó de milagro’ de compartir el nombre, pero en femenino, del dueño de los predios donde vive actualmente.

El barrio lleva este nombre en honor a Jerónimo Velasco, propietario de los predios donde se levantó el asentamiento.

‘La gente de acá me decía que le pusiera Jerónima, por ser la primera niña nacida acá, pero yo me negué rotundamente’, manifestó entre risas.

Desde hace 7 años los habitantes del asentamiento esperan la legalización de los terrenos. La regularización permitirán acceder a los diferentes programas de mejoramiento de barrios, proyectos a los cuales no se han tenido cabida por la situación de ilegalidad en que se encuentra el sector”, dijo Sara Rocío Rodríguez, presidenta de la junta de acción comunal. San Jerónimo no tiene ningún escenario deportivo adecuado. Una improvisada cancha es el único lugar de recreación con el que cuentan las 240 familias que lo habitan.

Otro de los problemas corresponde al pésimo estado de las vías. De las 10 calles que lo cruzan, solo una está pavimentada. El resto se encuentran destapadas, en una mezcla de piedras, barro y maleza.

San Jerónimo posee más de un 80 por ciento de cobertura de acueducto, alcantarillado y energía eléctrica. Entre los lugares en que los residentes no tienen acceso a los servicios público, figura la avenida segunda.

En este sector desemboca un tubo de aguas negras procedente de los moteles aledaños. “Los desechos que se arrojan de este lugar causan olores insoportables perjudicando a quienes viven alrededor de este lugar”, recalcó la presidenta.

Nuevas familias llegaron a vivir a estos predios, en marzo de este año, luego del desalojo ordenado por la Alcaldía de Cúcuta al asentamiento Santa Rita, aledaño a San Jerónimo. “La alcaldesa (María Eugenia Riascos Rodríguez) las reubicó en San Jerónimo y desde entonces hacen parte de nuestro asentamiento. Nos prometieron mejoras para el sector y la pavimentación de las vías principales, pero hasta el momento todo se ha quedado en promesas”, señaló Rodríguez.

Los habitantes aspiran a conseguir los títulos de propiedad en lo que resta del año, para empezar el 2012 con pie derecho ejecutando grandes obras.

Nueva Esperanza (era asentamiento)
El 16 de diciembre de 2007, la junta de acción comunal del barrio Nueva Esperanza, en cabeza de su presidente Wilson Palacios, recibió inesperadamente la notificación de que entraría a participar en un concurso nacional para la ejecución del programa de Mejoramiento Integral de Barrios.
El aviso alimentó la esperanza de los habitantes de este vulnerable sector que vieron allí la oportunidad de dar otro paso hacia  el progreso.

El 8 de enero de 2008, cuando la alcaldesa María Eugenia Riascos apenas cumplía su primera semana de gobierno, les anunciaron que el barrio había sido seleccionado para comenzar el estudio de prefactibilidad mediante la firma consultora SUM Consult y el municipio. En los meses siguientes, abril a junio de 2008, se comenzó a elaborar el Plan Participativo, donde en un ciclo de talleres, asambleas, encuestas y demás herramientas participativas, los vecinos expusieron sus necesidades y peticiones.

Después de identificar los problemas y priorizar las demandas, se dio paso a los estudios y diseño del proyecto, que estuvo a cargo de Metrovivienda. El anhelo de ver el mejoramiento en el barrio se fue aplazando, la comunidad contaba los meses o incluso los años, y la obra no comenzaba.

Uno de los requisitos de vital importancia para ejecutar el Programa de Mejoramiento Integral de Barrios, PMIB, era la legalización del sector que hasta el 16 de junio de 2011, aparecía registrado como asentamiento humano. La legalización llegó pero la obra aún no comenzaba, la comunidad veía desconcertada como la posibilidad de progreso se alejaba cada vez más. La cabeza visible del barrio y uno de sus líderes más activos es el presidente de la junta de acción comunal, Wilson Palacios.

Hace unos días cuando el líder comunal llegaba a su casa después de la jornada laboral, fue abordado por varias personas que se identificaron como miembros de una de las bandas criminales que opera en la ciudad. Sin dejarlo entrar a su casa fue llevado hasta otro sector de la ciudadela Juan Atalaya, allí los individuos le pidieron rendir cuentas del proyecto que hace unos años había ilusionado a toda la comunidad de Nueva Esperanza. Finalmente le exigieron reunir a los habitantes del barrio y exponerles los motivos por los cuales no se ha comenzado a ejecutar la obra. Palacios programó la reunión que se efectuó el pasado domingo, en compañía de otros líderes comunales argumentó estar igualmente a la espera de lo que pueda suceder con el PMIB en el sector. Preocupado y temeroso de lo que pueda sucederle a él o su familia, Wilson Palacios conformó un comité y llegó hasta las oficinas de Metrovivienda en busca de las razones que expliquen por qué después de tanto tiempo no se comienza la obra.

La directora de la institución, Mila Patricia Romero, explicó claramente que Metrovivienda realizó el estudio y el diseño del proyecto, que además ya fue entregado al Ministerio de Vivienda, de donde saldrán los recursos para la obra. El PMIB que se ejecutará en Nueva Esperanza contempla la construcción de un salón comunal, un polideportivo, un parque, la pavimentación de las vías, la construcción de la red de acueducto y alcantarillado para las calles que aún no tienen el servicio y un salón de manualidades para la asociación de mujeres del barrio.

Asimismo el líder comunal afirmó que en un comienzo les habían hablado de un presupuesto que promediaba los $3.000 millones, y este miércoles después de la reunión que mantuvieron en Metrovivienda, les informaron que el presupuesto era de $2.700 millones. “En la reunión con la directora (Metrovivienda) nos dijeron prácticamente que tenemos que esperar hasta la primera semana de enero, para que comience la licitación y después las obras en el barrio”, agregó Palacios.

Algunos habitantes del barrio que conformaron el comité de veeduría, pidieron ser tenidos en cuenta para la licitación de la construcción de la obra, con el ánimo de disminuir la falta de ocupación y el bajo nivel de ingresos de los habitantes. La respuesta de la directora fue clara, explicó que los criterios para licitar los daba el Banco Mundial y el Ministerio de Vivienda, y que además difícilmente ellos podían cumplir con los requisitos para participar del concurso. De la reunión salieron sin razones de peso, esperando que las primeras semanas del próximo año se comience a licitar y posteriormente a construir lo pactado.

La comunidad de Nueva Esperanza se mantiene a la espera de que la próxima administración que estará a cargo de Donamaris Ramírez, agilice la gestión que viene esperando desde 2008.




Recopilado por : Gastón Bermúdez V.

6 comentarios:

  1. Que buena información, siempre me pregunto por la historia y origen de los barrios de Cúcuta

    Mil gracias

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  2. Que año se fundó el barrio magdalena de cucuta norte de Santander

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  3. Podrías suministrar informacion respecto a la historia del barrio los olivos, por favor

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  4. Les agradezco si me pueden dar información con respecto a la historia del barrio el Páramo - Cúcuta, ya que es un barrio central, antiguo y no hay reseña alguna. Gracias

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  5. ¡Hola! Sería excelente que se suministrara información acerca del barrio motilones :D

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