El sagrado magisterio sacerdotal lo ejerció durante cincuenta años. Desde 1904 ejerció las funciones de Vicario y Párroco de San José de Cúcuta hasta el año 1926. Remplazó en el beneficio parroquial de San José de Cúcuta al Presbítero Dominicano A. Valderrama, quien fue trasladado a la Parroquia de San Rafael de Chinácota, por disposición del señor Obispo de Nueva Pamplona, a consecuencia de la pugna patriótica habida entre el Padre Valderrama y la ciudad de Cúcuta, con la comunidad religiosa de los Padres Agustinos de nacionalidad española.
El Padre Mendoza, fundó el Corregimiento de Ricaurte del municipio de Cúcuta. Trabajó con incansable celo por el sostenimiento de la Parroquia de San Antonio del Zulia, y no desmayó en su labor hasta verla construida.
Trajo a Cúcuta después de tesonero empeño, a los eficientes educadores Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle, comunidad que inició labores educativas el primero de mayo de 1906.
Fue fundador y director del semanario religioso “El Granito de Arena”, órgano de divulgación de la cofradía de San Francisco de Asís. En el “Granito de Arena” con editoriales políticos “patrocinó” la publicación de “El Popular”, vocero conservador de combate en cuyas páginas el señor Severiano Miranda, frustró a los políticos de su época en forma directa y sin esquinces de ninguna naturaleza, campañas que le causaron desilusiones y sinsabores amargos.
Fue severo en sus conceptos y apreciaciones contra las autoridades que no se sometían a sus consejos y órdenes, y las más de las veces, encaminadas a que la honestidad y las buenas costumbres fueran axiomáticas normas de los empleados públicos.
Para buscar soluciones a los problemas sociales, los trataba llamando las cosas por su nombre desde el púlpito o catedral Sagrada, no gustaba de los rodeos y jamás fue hipócrita. Tenía por sistema de lucha moralizante para convencer y llenarse de razón con la censura precisamente en la parte vulnerable por donde se diluía la virtud, la honestidad y deslices de la sociedad.
Toda la vida la dedicó a la caridad, con desprendimiento y generosidad. El Padre Mendoza era sencillo, el consejero sagrado que supo sortear más de un problema social, moral y hasta económico de familias cucuteñas vergonzantes.
Vistió los hábitos sacerdotales con dignidad y vocación apostólica y evangelizadora, nació pobre y murió a imitación de un Francisco de Asís, un Padre Almansa, un Justo Pastor Arias.
Trabajó con entusiasmo por traer a Cúcuta la Comunidad de los Padres Redentoristas y sus preocupaciones fueron tantas, que para contribuir en los gastos de la fundación de la Comunidad, donó el valor de unas casas que le habían obsequiado a la Parroquia.
Empero, dentro de las virtudes sacerdotales del Padre Demetrio Mendoza, existía una pasión y una tremenda soberbia contra los liberales y contra los padres de los hijos habidos fuera del matrimonio religioso. No bautizaba niños de los llamados “padres desconocidos” y de ahí que tenían que acudir a bautizar sus hijos los domingos y fiestas religiosas, a Ureña y San Antonio del Táchira, Venezuela. Decía que él no bautizaba hijos de padres “amancebados”.
En esos días había llegado a Cúcuta enfermo en busca de salud, el padre Justo Pastor Arias, de Rubio, Venezuela, y la misma comisión que había visitado al Padre Mendoza, lo visitó y le solicitó al Padre Justo les bendijera el edificio. Y como éste les manifestara que él solicitaría el permiso al Párroco, la comisión le manifestó lo que había sucedido y se había negado. El Padre Justo, tan justo como su nombre, les manifestó que pusieran los relojes a determinada hora, que él a esa hora estaría diciéndoles una misa especial ahí en la Capilla del Asilo Andressen a donde había llegado y hospedado y que desde ahí les impartiría la bendición. Así se hizo, y así se bendijo el edificio de la Sociedad de Artesanos Gremios Unidos, construido en 1912.
Era un hecho que el Padre Mendoza, desde el púlpito, domingo a domingo, atacaba incansablemente a la prensa y liberales de Cúcuta. Hasta como dijera el General López al General Valencia: “pues ya está rebozada la copa, y no estamos resueltos a tolerar la más pequeña ofensa”.
La prensa “EL POPULAR” de tendencia política y no religiosa del Padre Mendoza también hostigaba a los liberales.
Obviamente la prensa liberal “COMENTARIOS”, “LA MAÑANA”, dirigidos por José Manuel Villalobos y Epímedes Sarmiento, salían a la palestra, hasta que el director de “LA MAÑANA” Epímedes Sarmiento publicó una caricatura, que el padre Mendoza y el catolicismo de Cúcuta considero burlona, inaceptable y produjo la destrucción de la imprenta.
Pintaba al Padre Mendoza, gordo y con un lomo en la nuca, lentes y unos largos dientes salidos de la boca como para morder, es decir, con cara”cerdo” y ensotanado.
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