


La adrenalina de ciertas situaciones y los equívocos de un portero de fútbol, son disparadores para que el público reaccione en su contra.
Un portero puede ser el héroe de un compromiso durante 89 minutos y en el siguiente pasar a ser el villano para convertirse en el centro de todas las iras.
A los demás jugadores se les perdona todo, mejor dicho casi todo, menos a un cancerbero porque su equivocación es en un alto porcentaje la causa de un gol en contra y de una derrota.
El portero es como un preso que no tiene derecho a apelar cuando se equivoca, más si el balón se le pasa por entre las manos o las piernas, en el último suspiro.
Luego llegaron Jesús ‘Chucho’ Hernández, ‘El Loco’ Helí Rubio, Isidoro Rodríguez, Jorge ‘El Tierno’ Blanco, Armando Santafé, José Antonio ‘El Chato’ Ortega, Omar ‘Pajita’ Sayago, Jesús ‘Chucho’ Criado, Miguel Núñez, Daniel Gómez y Leandro Castellanos, quienes debieron luchar por el puesto con los extranjeros Mario Thull, Miguel Ángel Sánchez, Jorge Roganti, Omar Valentín Vargas, Jorge Drago y Luis Alberto Landaburú y los nacionales Alejandro Sinisterra, Heriberto Solís, Absalón Oviedo, Alfredo Griego, James Mina Camacho, William Mosquera y Robinson Zapata.
Pese a todo, de vez en cuando llegaba la oportunidad, por lo que había que aprovecharla a como diera lugar.
La primaria la cursó en el Instituto Salesiano. Empezó el bachillerato en el Sagrado Corazón de Jesús de Cúcuta, pero luego la familia lo envió al Provincial de Pamplona, donde cursó el 4º y el 5º, terminando el ciclo en el Sagrado.
Estuvo en las filas de la Marina donde prestó el servicio militar en Cartagena. Concretamente, en el destructor 7 de Agosto, un barco armado en Noruega.
Estudió dos semestres de Trabajo Social en la Universidad de Caldas y uno de Antropología en la Universidad Nacional.
Fue seguidor del cura Camilo Torres Restrepo, sacerdote católico rebelde que abandonó los hábitos y se fue al monte con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln). Camilo murió el 15 de febrero de 1966 en Patio Centro (Santander), en la primera experiencia en combate contra las tropas de la Quinta Brigada de Bucaramanga que comandaba el coronel Álvaro Valencia Tovar.
“Era de la línea marxista-leninista, participaba en protestas y pedreas. Vivía en las residencias 10 de Mayo de la Universidad Nacional, en Bogotá, de donde me sacó un buen día el Ejército para tenerme detenido 24 días en la Brigada de Institutos Militares porque me consideraron subversivo”.
Tras esa experiencia, regresó a Cúcuta y se dedicó a jugar fútbol, llegando a ser parte de la nómina de las selecciones Norte y del equipo profesional.
“Jugué en las selecciones que disputó los torneos de Bucaramanga (1965), Cali (1966), Girardot (1968) e Ibagué (1970) y de ahí pasé a trabajar con las reservas del Cúcuta Deportivo”.
“En 1972 me ascendieron a la profesional. Era el tercer portero porque Alejandro Sinisterra estaba que se retiraba. Por delante estaban Miguel Ángel Sánchez, que era muy bueno, y ‘El Loco’ Absalón Oviedo. Alcancé a jugar siete partidos”.
“Debuté contra Atlético Nacional en el Atanasio Girardot de Medellín. Perdimos (1-0) con gol de Jorge ‘Tato’ González. El sueldo no era bueno pero uno se cuadraba el mes llevando mercancía de contrabando”.
“El fútbol de esa época no le dejaba a uno nada. Solo amigos. No era un negocio lucrativo. Había dinero, pero se lo llevaban los extranjeros. Al principio no me fijaba mucho en eso porque estaba engolosinado con el fútbol, pero un día reaccioné y me retiré”.
En la final los de Sevilla derrotaron (5-4) en cobros desde el punto penalti a Viejo Tango. El partido terminó empatado a un gol y en la definición desde los 12 pasos le atajó el lanzamiento a Mario Hernández, quien tenía fama de no equivocarse en los cobros.
Cerró su vida deportiva en el Nariño de Aguaclara.
Si ve el video completo del "error" de Higuita, se dara cuenta que rl error tremendo fue de Luis Carlos Perea. Higuita le pasó la bola a Perea en la derecha y se volteó para volver al arco; Perea, quien tecnicamente era malo, "devolviò" la bola hacia adelante, a la espalda de Higuita, quien tuvo que regresar a buscarla, ya comprometido con Milla. Higuita nunca controló bien esa bola.Perea nunca a debido regresarla así.
ResponderEliminar