Gustavo
Gómez Ardila/Sergio Entrena López
Germán
González Blanco
Parece que hubiera nacido con un balón debajo del
brazo, porque desde muy niño su pasión fue el fútbol. No lo apasionaron las
cometas, como todo niño cucuteño. Ni el trompo, como los niños de todo el
mundo. Ni las metras, como los niños que se quedan jugando a la salida de la
escuela. Puro balón. Iba al río, pero sólo a refrescarse para seguir dándole
pata a la pelota. En las calles, en los potreros, en las canchas. Donde fuera.
Pero tenía otro problema: tampoco le gustaba estudiar.
Y eso sí le complicaba la vida, porque una cosa es el juego, jugar por jugar, y
otra muy distinta el estudio, al que todos estamos obligados, aquí y en
Cafarnaúm y en Las Mercedes. La alternativa no existe: O estudia o estudia.
El
muchacho cumplía a rastras el compromiso de estudiar. Su cuerpo estaba en
clase, pero su mente y su corazón estaban afuera con el balón. Las tareas las
hacía a las carreras, para que le quedara tiempo suficiente para ensayar
chilenas, aprender gambetas, hacer
quiebres de cintura, afinar puntería y meter el balón en la red contraria por
el sitio preciso donde el arquero no pudiera atajarlo.
Esa era su motivación.
Pero jamás soñó con ser un jugador famoso, o una estrella del fútbol. Sólo
quería jugar fútbol y en eso se le iba la vida, se le iban los años.
Terminó como pudo la primaria y entró al bachillerato,
en el colegio Calasanz de Cúcuta. Hacía segundo de bachillerato (hoy séptimo),
cuando los padres calasancios ya no aguantaron más. El muchacho no iba a clases
y el día que iba se volaba, las tareas le quedaban mal hechas y las lecciones
las daba a medias. Así no podía seguir. Entonces llamaron a los papás al
colegio.
-Si Germán no deja tanto balón, lo echamos del
colegio.
Entre los curas y los papás le hicieron la encerrona
al muchacho:
-¿Qué prefiere: el fútbol o el estudio?
Y Germán, con voz temblorosa y ojos de miedo, pero con
decisión, respondió: “el fútbol”.
Se ganó las pelas del siglo, una en el mismo colegio,
y otra al llegar a la casa. Correazos, lágrimas, regaños, súplicas de la mamá,
golpes del papá, y la terquedad de Germán: “el fútbol”.
Equipo de fútbol del
Colegio Calasanz campeón en el Torneo Intercolegiado Infantil Municipal
realizado en el año de 1959. En la gráfica de pie y de izquierda a derecha:
Enrique Sánchez, arquero; Villalobos, Monsalvo, Antonio Páez, Carlos Eduardo
Ramírez Quintana y Antonio Mojica; agachados en el mismo orden Hugo Márquez,
“Chun” Peñaranda, Germán “Burrito” González, Gabriel Moure y Eugenio Ortega.
Sobresalió entre los jugadores del barrio y lo
metieron a una selección, que un día jugó contra el Cúcuta Deportivo. Los
dirigentes que lo vieron le echaron el ojo y el guante. Tenía dieciséis años
cuando jugó su primer partido con el Cúcuta. De eso hace cincuenta años, este
año, en agosto.
A Germán González Blanco le decían cariñosamente
“Burrito”, y como Burrito se hizo famoso, pero se creció como un caballo
percherón, gigante, de fuerza, de valía. Ya gigante, se dio cuenta de la
importancia del estudio y, hace poco, el colegio Calasanz le otorgó el título
de bachiller. Otro ejemplo.
Germán ya es actor de una película de fútbol que están filmando en Cúcuta. Unos estudiantes de la universidad Manuela Beltrán, de Bucaramanga, hicieron
un video sobre la vida futbolística de Burrito. Y hasta el libro “Burrito González, su vida, sus
goles y su gloria” está escrito.
Primer
Campeonato Nacional Juvenil de Fútbol en 1963 que se efectuó en Girardot,
Cundinamarca, donde el equipo de Norte de Santander quedó de subcampeón. En
ella recordamos de Izquierda a derecha, de pie: Alfonso Cuberos Porras,
presidente de la Liga de Fútbol de Norte de Santander, Adolfo Sánchez, Hemel
Cárdenas de la Rosa, Germán “ Chonto” Jaimes, Ramón “Fosforito” Cárdenas, Jaime
“Jojoto” Illidge, Miguel “El Flaco” Jaimes, Álvaro “El Mocho” Pinzón, una
madrina, Hernando San Juan, otra madrina, “Zanahoria” Rodríguez, Luis Álvarez,
Luis Eduardo “Cucú” Álvarez, Jorge Helí “El Milagroso” Rubio Gómez, Arbeniz
Petit López, periodista. Agachados: “Mamila” Gómez, árbitro; Álvaro Roa, Hugo
“Polilla” Rico, Germán “Burrito”
González, Guillermo “Mico” Santander, Jorge “P´mi solito” Pabón, Pedro
“Bocadillo” Meneses, Julio “Panchero” Pérez, Lumumba Rueda, Marco “Camándula”
Zambrano y Carlos Peñate, director Técnico.
Burrito
nació para ser campeón. De niño jugó en el equipo de una panadería del barrio
San Rafael, cuyo dueño premiaba a sus jugadores con pan recién horneado. Y ese
equipo, alimentado con pan fresco, fue campeón varias veces.
Después jugó en
uno llamado Sporting, que por cinco años consecutivos fue campeón de la Liga.
Jugó en el equipo del colegio Calasanz y quedó campeón. Jugó en el San Lorenzo de
Sevilla (del barrio Sevilla) y fue campeón. Lo llamaron, entonces, a la
Selección de Norte de Santander, con apenas 14 años, y no fueron campeones,
pero sí subcampeones nacionales.
Del Cúcuta pasó al Cali y allí fue campeón
varias veces. Se retiró del fútbol por una lesión de rodilla (esa maldita
lesión de meniscos de los futbolistas), pero aún así, siendo asistente del
director Jorge Luis Pinto, volvió a saborear las mieles del triunfo
cuando el Cúcuta fue campeón nacional.
El ex gobernador Sergio Entrena López escribió sobre
la vida deportiva de Germán ¨Burrito¨ González:
Pasarán muchos años para que los cucuteños volvamos a
tener un jugador profesional de fútbol de categoría internacional, con las
condiciones técnicas y humanas de Germán González Blanco, el famoso “Burrito”
González, que como número 8 o volante de enganche o armador, es orgullo de
nuestra tierra y del país.
Nacido el 14 de junio de 1947 en el barrio la Cabrera,
se inició en el fútbol en los equipos Sporting Cristal de Pescadero, San
Lorenzo de Sevilla y luego en la selección Norte, para pasar al glorioso Cúcuta
Deportivo, siendo sus directivos Hernando Lara Hernández, Marino Vargas,
Reinaldo Omaña, Giovanni Martín, Mario Patitucci, Shauky Brahim y Álvaro
Peralta, desafortunadamente desaparecidos.
Germán se inició en el Cúcuta con Juan Eduardo Hohberg
de entrenador (1962-1963) y en 1964, siendo director técnico Francisco
<Pancho> Villegas, nuestro equipo obtuvo el subcampeonato con 56 puntos,
quedando a un punto de Millonarios, después de perder 1-0 en Manizales frente
al Once Caldas, donde nos “arreglaron” el último partido del campeonato.
El equipo conformado por Heriberto Solís en la
portería; Tulio Niño o Carlos Zas, Omar Ayala, Víctor Pignarelli y Mario
Sanclemente en la defensa; Julio
Brucessi, Cleto Castillo y el “Burrito” González en el mediocampo y Gilberto
(Palomo) Ramírez, Omar Verdún y Manuel (Tinta) González o Elías Rincón o Walter
“Cata” Roque en la delantera, siempre hizo respetar su casa del estadio General
Santander y fueron muchas las satisfacciones inolvidables que nos brindó a los
hinchas del equipo.
1964.- Cúcuta Deportivo Subcampeón. Parados de
izquierda a derecha: Heriberto Solís, Carlos Zas, Víctor Pignarelli, J. Gómez y
Julio Brucessi. Hincados en el mismo orden: Gilberto “Palomo” Ramírez, Germán “Burrito”
González, José Omar Verdun, Elías “El maestrito” Rincón y Walter “Cata” Roque.
En el Cúcuta, Germán jugó 186 partidos de 1964 a 1967
y marcó 30 goles. Luego, fue al
Deportivo Cali, equipo que presidía Alex Gorayeb, quien pagó la mayor
transferencia por un jugador colombiano: ¡100 millones de pesos!.
Allí fue campeón en 1969 (con “Pancho” Villegas), 1970
(dirigido por Roberto Resquín) y en 1974 (con Vladimir Popovic), siendo el Cali
de la época un “equipazo”, quien
participó en la Copa Libertadores de América en 1968, 1971, 1973 y 1975 donde
Germán González jugó 38 partidos y anotó 6 goles.
Pasó al Deportivo Pereira, donde jugó 51 partidos
entre 1976 y 1977 y anotó 9 goles.
Siguió en América de Cali en
1978, donde solo jugó 12 partidos y regresó al Cúcuta Deportivo en 1979, para retirarse del fútbol por lesión en los
meniscos.
Fue Selección Colombia en la Copa América de 1966, en
los Juegos Olímpicos de México con Edgar Barona en 1968 y en las eliminatorias
al mundial de 1969.
Guillermo Ruíz Bonilla, autor en 2004 de los 4
excelentes tomos del “Abc del fútbol colombiano”, se refiere al “Burrito”
González como “volante de toda la
cancha, jugador completo por calidad y presencia, recursivo, creador,
talentoso. De gran dinámica y muy buen
manejo de balón con buen remate de media distancia”, es hoy personaje del
documental “Un diario, una pasión”.
Todo
un señor crack, orgullo cucuteño.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
Del mismo nivel del "maestro" Jairo Arboleda.....grandes,en épocas de difícil desempeño por lo "duro" del fútbol de esos años....
ResponderEliminarQue tiempos aquellos donde el fútbol era desinteresado, la familia Peralta regaló el pase del burrito y luego costaría 100 millones en otras manos, hasta se arruinó esa familia, y miren hoy día es una empresa que debe producirle dividendos a sus dueños y esto puede ser indiferente al querer de sus hinchas.
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