Alirio Sánchez Mendoza
Templo
Masónico en La Quinta Boch
La Tenida de inauguración de la logia Sol de Santander
se efectuó el 27 de octubre de 1933 en el Templo situado en la avenida 7ª Nº
5-67 a las 08:00 de la noche, un día
miércoles, que fue señalado para las reuniones ordinarias.
Este lote de algo más de mil doscientos metros
cuadrados, lo había obtenido el hermano Albert Rowen en usufructo, al
solicitarle al alcalde municipal un lote de terreno para construir casa de habitación,
el primero de febrero de 1872. Allí en efecto, se edificó la casa en bahareque
con piso de ladrillo cocido y tejas de barro también cocido. La casa tenía
zaguán amplio, sala de recibo, tres dormitorios, comedor, cocina y ¨cuarto de
Alejo¨.
Esta es la casa ya señalada con el Nº 5-67 que en esa
oportunidad fue entregada a la respetable logia Sol de Santander por Van
Diessel Rode mediante escritura Nº 830 el 17 de diciembre de 1938 por el
hermano Tilo Lodenweis, como apoderado de esa firma, pero sin un estudio previo
de tradición.
Allí se hicieron las modificaciones necesarias para
poder instalar las oficinas y salones del caso, como Templo y en ellas funcionó
la logia Sol de Santander y más tarde la gran logia Oriental de Colombia
Francisco de Paula Santander, cuando se fundó en 1945.
Hacia el año 1974 esta casona, estaba en tal estado de
deterioro que resultaba un evidente peligro
continuar reuniéndose bajo su techo; en tales condiciones, el Venerable Maestro de la logia Sol de Santander José M. Ramírez
Parada inició una negociación con el señor Dióscoro Méndez God para venderle el
inmueble, pues por ser colindante, tenía interés en adquirirlo.
El 20 de julio de ese año fui elegido Gran Maestro y
el señor Méndez me hizo saber que tenía un importante asunto que comunicarme,
le hice saber que al siguiente día pasaría a visitarlo; era persona conocida
para mí, por ser propietario de una farmacia en la ciudad y me llamó para
informarme que con don José María
Ramírez tenía adelantada una
promesa de venta por la suma de 600 mil pesos y que el doctor Léntulo Ruiz, su
abogado, ya tenía adelantada las diligencias correspondientes, yo manifesté que
una vez estuviese enterado debidamente me comunicaría con él y con el doctor
Léntulo.
Visité la logia Sol de Santander para enterarme de los
pormenores de la negociación, y encontré que los hermanos Hugo Ríos y Héctor
Alarcón habían fijado ese avalúo, pero que no existía constancia en los Trasados
(actas de Tenidas) de la aceptación del avalúo, ni autorización del Venerable Maestro
para adelantar ninguna gestión, entonces, en mi carácter de Gran Maestro
solicité al doctor Julián Caicedo Arboleda, reconocido ingeniero, profesional
muy respetado en la ciudad, un nuevo avalúo, pero como un servicio personal de
cuyo costo yo me hacía responsable. El doctor Caicedo levantó un plano, me
entregó un estudio completo, y fijó el precio del terreno en la suma de 800 mil
pesos.
El doctor Caicedo, que en ese tiempo era presidente de
la Acción Católica en Cúcuta, no quiso cobrar honorarios de ninguna clase pese a mi insistencia porque
sus servicios los había solicitado a título personal, y con su innata gentileza
me manifestó que era contribución personal a una entidad que le merecía todo el
respeto.
Le informé a la logia Sol de Santander sobre este
nuevo concepto y con su autorización me puse en contacto con don Dióscoro,
quien me manifestó que él tenía una promesa del señor Ramírez Parada y que no
aceptaba un nuevo precio, y en caso de no cumplirla, presentaría demanda por incumplimiento
de contrato.
Largas y fastidiosas conversaciones hubo entre todas
las partes hasta llegar a la suma de 700 mil pesos que fue aceptada por los
interesados, no demoró mucho el doctor Léntulo Ruiz en comunicarme que la logia
Sol de Santander estaba vendiendo unos terrenos que no le pertenecían, pues el
estudio hecho por él dejaba muy claro que al señor Albert Rowin sólo le habían
sido entregados por el alcalde municipal en 1896 en usufructo y sólo mientras
durase la ocupación de la casa allí construida por él.
Como Gran Maestro de la gran logia Oriental de Colombia,
cuya personería había obtenido en octubre de 1967 y había hecho actualizar el 5
de septiembre de 1975, expuse el problema al doctor Antonio Guerrero Gallardo, personero
municipal de Cúcuta, con quien siempre había mantenido muy cordiales relaciones,
y el 15 de octubre fue dictada la Resolución Nº 173 debidamente aprobada por el
concejo municipal que donaba a la logia Sol de Santander Nº 2-14 el terreno de
la avenida 7ª, considerando el uso pacífico y sin interrupciones durante más de
40 años. Los documentos del caso están
protocolizados en la Notaría Primera de esta ciudad bajo el Nº 2323 del
23 de octubre de 1975.
Corridas las escrituras de venta del inmueble, don Dióscoro ordenó a su abogado enviar una
carta fechada el 27 de marzo de 1976 al hermano encargado de la logia Sol de
Santander para la entrega del inmueble. Dice así:
Señor Héctor Alarcón:
Con el fin de poner término a la operación efectuada
entre la logia Sol de Santander del Norte 2-14 y don Dióscoro Méndez, de quien
soy apoderado, le ruego devolver al lugar de origen los contadores, tanque de
Eternit, láminas del mismo, tubería, canales, correderas, llaves, etc… que
fueron retirados por usted del inmueble vendido a mi cliente.
Comprenderá usted la enojosa situación creada por el
retiro de estos objetos y la invitación que le formula en esta carta tiene el
propósito de salvar el buen nombre y corrección de la entidad vendedora.
Sin otro particular me suscribo de usted servidor y
amigo,
Fdo. Léntulo Ruiz C.
cc. Dr. Alirio Sánchez Mendoza
Cúcuta, 24 de mayo de 1976
Sr. Dr. Léntulo Ruiz
Me refiero a su atenta carta sin fecha, llegada a mis
manos en el curso de los últimos días de la semana pasada, que tiene relación
con el globo de tierra que la logia Sol de Santander del Norte vendió en el mes
de octubre de 1975 y en cuya derruida edificación se produjeron algunas
pérdidas.
En relación con ello, me permito manifestar a usted
que no encuentro correcto el proceder de quienes tomaron, si así fue, elementos
como inodoros y lavamanos pertenecientes al inmueble vendido para retirarlos de
allí, no estando autorizados para ello, como las personas por usted señaladas.
El comprador, tampoco no tiene ningún derecho a retener
un mueble, como una biblioteca con libros, que están deteriorándose por las
lluvias y el estado de los techos.
Le devuelvo en consecuencia, los documentos que me
remitió y ruego hacerlos llegar a los señores, que en nombre de la logia Sol de
Santander hicieron la enajenación, es decir a quienes firmaron la escritura de
venta, como personero de esa entidad.
Soy de ud. atto. y amigo,
Alirio Sánchez Mendoza
Como antes se dijo, la casa era una verdadera ruina,
los techos estaban derrumbándose y los muebles y archivos sufrían las naturales
consecuencias. Se añadía a lo anterior, el trasteo de los archivos de la gran
logia de Cúcuta a Bucaramanga y viceversa, según el lugar en que tuviese su
domicilio el Gran Maestro.
Para agregar un punto más favorable, no se trasladaron
los archivos empacados debidamente sino metidos en costales de fique que se
deterioraron con las idas y venidas, según el lugar en que tuviese su domicilio
EL Gran Maestro, ya fuese en Cúcuta o Bucaramanga.
La necesidad de continuar las reuniones ordinarias de
los hermanos en Cúcuta, se habían convertido en ocasionales debido a la
construcción del templo y para evitar que el espíritu de asociación sufriese
grave quebranto, fue necesario efectuarlas en las casas de algunos de los
hermanos que además, se comprometieron a cuidar de las sillas y otros muebles
que se les entregaron por riguroso inventario.
La logia Sol de Santander recibió la suma de 700 mil
pesos que fue depositada en el Banco Central Hipotecario en cédulas de
capitalización, de acuerdo con las órdenes que impartí en uso de mis
atribuciones como Gran Maestro.
TEMPLO DE LA QUINTA BOCH
Desde mediados de 1975 había conversado con varios
arquitectos, entre otros con el doctor Oscar Jáuregui Moncada egresado de la
universidad Nacional, profesional serio y de mucha solvencia en la ciudad y
amigo de muchos años, sobre una edificación para la masonería en la ciudad,
puesto que era sabido que los masones habían vendido la casa que tenían en la
avenida 7ª.
Los miembros de la comisión de construcción, rogamos a
todos los hermanos que visitaran casas o terrenos en la ciudad que pudieran
convenir por su precio y ubicación para acondicionarla o para construir un
edificio apropiado, era necesario que fuese un sitio tranquilo y con posibilidad
de un cómodo estacionamiento. Las investigaciones adelantadas culminaron con un
lote de 1200 metros cuadrados que tenía la oficina de bienes raíces de don
Luciano Jaramillo Cabrales y que resultó conveniente en todo sentido y fue
aceptado por la logia Sol de Santander y cuyo Venerable Maestro Jesús E.
Sánchez Ramírez firmó la correspondiente escritura. Al doctor Oscar Jáuregui,
quien había participado a petición mía en el estudio de diversos lotes y casas
sin reconocerle ningún emolumento, repito, le pedí que sobre un esbozo que
tenía yo dibujado, iniciara un ante proyecto cuyo costo correría por mi cuenta,
sobre el lote ya adquirido en La Quinta Bosch, y biblia en mano le expliqué a
rasgos generales lo que toscamente había dibujado en una hoja de papel y le
rogué leyera el Libro 3 de Reyes, desde el capítulo 2 hasta el 4.
El exterior y el frente general debían tener el
aspecto de una fortaleza o un castillo medieval con sus correspondientes
almenas, altura de dos pisos y con una puerta de entrada de cuatro o seis metros,
guarnecida u ornada por dos columnas, una de estilo dórico y la otra de estilo
jónico y con un atrio proporcionado, al cual debía llegarse por tres escalones
y al entrar a la edificación, en el piso inferior, debían proyectarse cuatro o
cinco oficinas, una para el Gran Maestro, una para sus secretarios y tres o cuatro
para las secretarías de las logias. Además un salón amplio para reuniones
sociales con un pequeño bar, servicios sanitarios para damas y caballeros, y un
patio que comunicara cómodamente con el resto de la edificación y en donde
pudiese instalarse una fuente de agua, cuyo dibujo le entregaría más tarde. El
segundo piso, un gran salón de aproximadamente 8x24 metros con su mayor
extensión en sentido oriente occidente, pero con entrada por el occidente y
debería soportar entre 80 y 100 personas sentadas y su piso construirse en tres
niveles diferentes; en el extremo occidental, correspondiente al primer nivel,
como una especie de antesala debería haber un espacio de 6x7 metros, limitado
hacia oriente por una puerta de madera de 4 metros cuadrados y dos abras que
aislaría este lugar del salón principal, a 3 metros de esta puerta de madera,
el piso seguiría hacia la izquierda al mismo nivel para permitir a los hermanos
situarse en sus respectivos asientos y del lado derecho los compañeros, debería
subir un escalón para situarse al nivel correspondiente a su grado.
La parte central del salón, el tercer nivel, tendría
dos filas de sillas enfrentadas, unas mirando el lado derecho o del norte y las
otras al lado sur y puestas cercano de ellas las columnas B y J (simbolismo masónico) en el fondo una
plataforma destinada a las dignidades de la logia, que tuviese el ancho del
salón y pudiese dar cabida a 12 o 15 personas sentadas y a la cual podría
accederse por una escalinata de cinco pasos y de metro y medio de ancho. El
techo del salón debía estar sostenido por 12 columnas que fuesen claramente
visibles por el interior y el piso en mosaico cuadrado, alternando losetas
blancas y negras.
Aprobado el ante proyecto por la junta de
construcción, fui autorizado para comunicarme con el doctor Jáuregui y conocer
si estaría dispuesto a presentar una propuesta para la confección de los planos
y demás estudios, aprobación, etc… Tres arquitectos con los cuales me puse en
comunicación no se interesaron en el proyecto y sus exigencias superaban
cualquier posibilidad económica de la orden.
El 22 de marzo de 1976 el doctor Jáuregui entregó los
planos debidamente aprobados y la comisión de construcción aceptó y abrió la
correspondiente licitación, a cuyos pliegos fijó el precio de 200 mil pesos
cada uno.
Presentaron propuestas los doctores Julián Caicedo
Arboleda, Oscar Jáuregui Moncada, Fernando Mogollón Acevedo y Gustavo Vela
Quiroga; la Junta adjudicó el contrato de construcción al doctor Mogollón y
designó al doctor Jorge Lobo Carvajalino como inspector de obra, y en los
primeros días de abril el doctor Fernando Mogollón Acevedo inició la
construcción, terminada la estructura se le canceló el valor de su contrato, un
total de 625.279 pesos.
El 20 de julio de 1976 a las 10:00 de la mañana se
abrió la Tenida de la Gran Logia, para tal ocasión había hecho confeccionar una
placa en mármol y otra en aluminio con la frase de Voltaire ¨No estoy de acuerdo
con tu opinión, pero daría hasta la última gota de mi sangre por defender tu derecho
a expresarla¨, estoy convencido que ella se compendia la más pura esencia de la
doctrina masónica: La Tolerancia.
Hice situar una en el salón de actos sociales y otra en
la sala de Pasos Perdidos (sala de espera), siendo verdadero orgulloso de haber
hecho este modesto homenaje a tan insigne masón; su confección corrió por mi
cuenta.
El piso de mosaico no había sido colocado y estaba
sólo el ante piso, sin energía instalada, pero ya estaban en sus sitio todas
las sillas, los símbolos y los hermanos. Todo resultado del entusiasmo, de la
generosidad y del decidido apoyo que prestaron, casi sin excepción, los
hermanos y las logias.
Envié el 18 de octubre de 1976 a los Talleres, la
siguiente relación:
INGRESOS:
Venta
de la casa Av. 7ª Nº5-67
|
$700.000,00
|
Intereses
Banco Santander
|
$40.000,00
|
4
Pliegos Licitación
|
$800.000,00
|
Cédulas
Banco Central Hipotecario
|
$108.540,97
|
PRIMEROS
APORTES:
Aziz
Abrajim
|
$5.000,00
|
Alirio
Sánchez Mendoza
|
$5.000,00
|
Jaime
Hurtado Cuervo Colectas
|
$10.000,00
|
Jesús
Sánchez Ramírez
|
$10.000,00
|
El Gran Maestro visitó de forma personal a varios
honorables hermanos, unas veces solo y otras en compañía de sus secretarios,
los hermanos Adiel Vásquez Franco y José Olivares Rojas, para solicitar un
préstamo que se pagaría dentro de un largo plazo y cuya única garantía era un
recibo firmado por el Gran Maestro.
Atendieron
con gran prontitud los hermanos:
NOMBRE
|
APORTE ($)
|
Juan
Montaña
|
5.000,00
|
Peter
Zhan
|
5.000,00
|
Gilberto
Gamboa
|
5.000,00
|
Avelino
Bautista
|
10.000,00
|
Luis
A. Peña Rojas
|
5.000,00
|
Jesús
María Soto Vargas
|
5.000,00
|
Fidel
Mojica Jaimes
|
5.000,00
|
Guillermo
Vargas
|
5.000,00
|
José
María Bautista
|
5.000,00
|
Antonio
José Sánchez
|
5.000,00
|
José
Manuel Pinzón Rojas
|
6.000,00
|
Jorge
Maldonado Pinto
|
2.500,00
|
Miguel
Hernández R.
|
5.000,00
|
Sergio
Lamus Guerrero
|
5.000,00
|
Jorge
Lamus Girón
|
2.000,00
|
José
Trinidad Parada Caicedo
|
500,00
|
Mario
E. Mejía Díaz
|
5.000,00
|
José
Santos Díez
|
5.000,00
|
Danilo
León C.
|
5.000,00
|
Andrés
Camargo Ramírez
|
5.000,00
|
Miguel
Daw Alvarez
|
3.000,00
|
Aporte
de las logias:
LOGIA
|
APORTE ($)
|
Sol
de Santander Nº 2-14
|
55.000,00
|
Estrella
Boreal Nº 5
|
¿?
|
Fénix
Nº 9
|
21.000,00
|
Catatumbo
Nº 4-17
|
10.000,00
|
Por
bono de construcción Tes Gran Logia
|
34.000,00
|
Vigencia
anterior (75)
|
17.800,00
|
Economato
|
9.000,00
|
Consejo
de Inversiones (Vig 1975) venta 13427 Kl
|
15.102,00
|
Hierro
doctor Julián Caicedo
|
147.697,00
|
Gran
Hospitalia
|
1.345,00
|
Gran
Logia para la compra de teléfono
|
2.500,00
|
Sacos
de construcción Sol de Santander
|
1.250,00
|
Catatumbo
|
370,00
|
Obreros
|
1.528,00
|
Obreros
|
1.040,00
|
Cúcuta,
18 de octubre de 1976
No resulta posible olvidar dentro de este relato, la
contribución de muchos otros hermanos como Luis Francisco Hernández quién
instaló el teléfono por su cuenta para lo cual, fuera de su trabajo personal
obsequió los 500 metros de cable necesarios para la conexión; a los ingenieros
Guillermo Fonnegra y Julio César Matamoros que confeccionaron los planos
eléctricos, instalaron la red y pusieron materiales al costo. A Gustavo Sánchez
Gutiérrez quien regaló la puerta de madera de la entrada del templo y ayudó con
sus vehículos en el transporte desde Pamplona, de las columnas exteriores e
interiores y de la fuente, la cual fue levantada en su sitio por el esfuerzo
físico de todos y cuya motobomba la regaló Adiel Vásquez Franco. A Manuel
Ricardo Bobreck quien ayudó en lo referente a pintura y acarreo de cemento,
ladrillos, cascajo, agua, arena, igual que muchos aprendices y compañeros como
Julio Clavijo Molina y su hijo Iván (de 12 o 14 años en ese tiempo), Pedro Enrique
Valera, Gilberto Gamboa, Alvaro Sánchez Vargas, José A. Sánchez y muchos otros,
a los cuales reconocí como representante legal de la Gran Logia su ejemplar
colaboración por medio de la Resolusión Nº 1 de 1976.
Con grandes dificultades económicas se terminó la
instalación de los pisos de mosaico, el enlucimiento de toda la edificación y
parcialmente la decoración interior con instalación de la puerta del norte y
del sur, los signos del zodíaco y las cartas constitutivas de las logias;
fueron construidos los puestos de los Vigilantes, se decoró el oriente e
instalada la iluminación eléctrica del edificio.
Correspondió a Miguel Daw Alvarez, como Gran Maestro (1977,
1978, 1979) la responsabilidad de adelantar la terminación del cielo raso e
iniciar la construcción del salón de reuniones de la parte sur del edificio,
dedicado hoy a diversas reuniones y que preside el busto del General Francisco
de Paula Santander.
Elegido Gran Maestro para el período 1979-1980 concluí
el cielo raso y se hicieron todos los arreglos para instalar un sistema de
amplificación que permitiera el mejor desarrollo de las Tenidas, a un grupo de
hermanos encabezado por Enrique Santos Rojas, Julio E. Clavijo, Pedro Varela,
Alvar Sánchez Vargas, José A. Sánchez, Gilberto Gamboa, Benjamín Torrado y
otros, se debe el enlucimiento, instalación de luces y en general la decoración
del templo auxiliar.
Tuve conocimiento , como Gran Maestro de que por malos
consejos recibidos, el Venerable Maestro Jesús Enrique Sánchez Ramírez, había
registrado en la Notaría Primera a cargo del doctor Luis Corzo Ramírez, la
Declaración de Construcción a nombre de ¨su logia¨ Sol de Santander, como
exclusiva propietaria y sin mencionar el aporte de la Gran Logia, con dineros
recaudados entre los hermanos y todos los Talleres para tal fin; en muy
fraternal charla con Sánchez Ramírez manifesté que era indispensable corregir
el error.
El doctor Corzo falleció poco después de lo relatado antes y lo reemplazó el doctor Luis Jesús
Romero Peñaranda, entonces, con Sánchez Ramírez hicimos las pertinentes
aclaratorias y quedó definido así, que el edificio había sido construido por la
Gran Logia con su propio tesoro y los de todas las logias y los hermanos, en
terreno de la logia Sol de Santander Nº 2-14.
El Gran Maestro viajó en el mes de diciembre a
Pamplona y en varias ocasiones con algunos hermanos, para contratar la
confección de un busto del General Santander con el maestro Buitrago, artista
conocido en el departamento y quien había elaborado las columnas del Templo.
Sufragué su valor y el día 11 de abril de 1980 a las
08:00 p.m. fue inaugurado con asistencia de la Academia de Historia Norte de
Santander y de los ex gobernadores Manuel Buenahora, Carlos Vera Villamizar,
Carlos Ardila Ordóñez y Gustavo Rodríguez Duarte, así como el señor secretario
de gobierno municipal en representación del alcalde de la ciudad y las señoras
esposas de los hermanos y otras distinguidas personalidades.
También creo que este es el momento oportuno para
ratificar mi agradecimiento a todos los hermanos y a las logias que
contribuyeron a la construcción del Templo con su esfuerzo físico y monetario,
y de manera muy especial, a todos los honorables hermanos a quienes como Gran
Maestro, firmé un recibo para un préstamo que debería pagar a largo plazo, que
nunca cancelé y ningún hermano reclamó.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
Muy buen articulo, T.'.A.'.F.'.
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