Lynn y Timoteo Anderson (Imágenes)
Timoteo y Lynn Anderson con José Luis.
Pero, solamente según nuestro calendario. Peregrinaste por Cornejo, Pamplona, Bogotá, Salazar de las Palmas, especialmente por Cúcuta y el área fronteriza hasta el 17 de agosto de 2010. Actualmente habitas la Eternidad, y no cuentas los años.
José Luis Villamizar Melo, en tu vida terrenal, te conocimos como prolífico poeta, respetado historiador, esposo de la amable Luzmila (también fallecida), padre de los admirables Diana, Liliana, Rocío, José Luis y Andrés.
Desempeñaste varias otras dignas profesiones y vocaciones. La mayor de ellas fue la de seguidor del Señor Jesucristo, y sobre esta relación personal revelaste sus efectos con poesías tituladas: “Nueva Creación” en la apreciada separata dominical “Imágenes” del diario La Opinión el 30 de noviembre, 1997.
Nosotros, Lynn y Timoteo Anderson con nuestro hijo, Daniel, nos gozamos al conocerte, José Luis, en esa etapa de tu vida, cuando Dios te tocó y todo cambió. Durante tus honras fúnebres, Timo citó el mensaje que dejaste, y dijo: “Más que conformarnos a decir: “Paz en su tumba” unamos nuestras voces a tu enfoque espiritual cuando escribiste en Corazón liberado: “¡Alegría! ¡Alegría! Corazón liberado: ¡Noche trans gurada!”.
Nos regalaste tu amistad, tus puntuales ayudas literarias para pulir nuestras traducciones de unos libros clásicos al español. Por ejemplo, en la mesa de tu comedor revisamos detenidamente el Diario de oración personal, obra sobresaliente del Dr. John Baillie, que recomendaste a tus hijos en una carta con estas palabras: “Todo comenzó como un trabajo literario, pero se convirtió, por la fuerza profunda de su contenido, en una jornada de oración continua. Encontré en estos textos, maravillosos modelos de expresión del alma…a mis hijos les he dicho que en cualquier instante de las veinticuatro horas del día en que…oren, siguiendo sus líneas básicas y tal vez ampliándolas con sus propias alabanzas y ruegos, la oración nos unirá… Dios providente nos escuchará y nos contestará con infinita ternura en su divina sabiduría”.
Es el mismo diario devocional, del cual escribió el cardenal Pedro Rubiano Saenz: “ayuda a las personas a contemplar a nuestro Señor en la oración… muy importante en esta situación que vivimos”, palabras apropiadas para aplicar a estos días de cuarentena...
Tenemos tu libro firmado con afecto, y La tarde festejada, ilustrado ampliamente por tu hijo Andrés (incluyo dos aquí). Al final del tomo, tus amigos analizan y aprecian tu poesía escrita a través de los años.
Algunos hablan de tu fe, así como en las páginas 300 y 306: “ha dejado clara convicción de Dios…en el Dios personal que encuentra en Cristo…y ha pasado a festejar el encuentro con la gracia;” … “llegó a mis manos el cuadernillo de lo que se podría llamar su ‘poesía espiritual’, considerando el contenido de su reciente encuentro con Dios…la esencia bíblica”.
Guardamos el folleto biográfico publicado para el décimo aniversario del fallecimiento de tu madre, Belén Melo de Villamizar, el 18 de septiembre del año 2000. En la portada se cita Primera de San Pablo a los corintios 15.26: “Y la muerte será el último enemigo destruido, porque todas las cosas las sujetó Dios debajo de los pies de su Hijo”.
Aprendí por ese epitafio o que doña Belén fue maestra de escuela, experta en muchas manualidades textiles, la construcción de instrumentos de cuerda y la música. Quiso que sus hijos recibieran educación esmerada. Así, José Luis, estudió en el Seminario de Pamplona, y luego en la Universidad Javeriana de Bogotá, egresando como abogado.
Toda su vida él plasmaba poesía por inclinación propia y siguiendo el ejemplo de su madre, quien además de leer versos a su familia, también tomaba la pluma en mano para escribir canciones y poesías, a base de sus experiencias.
Cucuteños recuerdan que José Luis fue jurista, profesor de literatura, y desarrolló un gran interés en la historia. Fue presidente de la Academia de Historia de Norte de Santander. Mi esposo compartió vivencias importantes con él, entre libros, esculturas y retratos.
La epopeya que escribió en honor a Francisco de Paula Santander fue tan felicitada por el Dr. Germán Arciniegas, que José Luis recibió de sus manos el diploma como miembro de la Academia Colombiana de Historia. También nos dejó el bello Homenaje a Bolívar como Libertador, y fue fundador de la Sociedad Bolivariana de Cúcuta.
Siempre expresaba amor a su patria. José Luis, de modo especial, hizo referencia a la que llamó su patria elemental: Cúcuta y su entorno. Escribió muchos hermosos versos acerca de su historia, destacando sus distintivos como la Locomotora, el Faro del Catatumbo, el Río, el Cerro Tasajero y la Calle Empedrada, que hoy la población no toma el tiempo para apreciarlos con la sensibilidad del poeta.
Fue grabada su poesía en cuanto a su “tierra querida”, en “Abanico de Brisas”, puesta a música por el maestro Manuel Alvarado. Dedicó sentimentales poemas a sus padres, a sus hermanos Demetrio, Julio, Jorge, Herminia y Consuelo, a su esposa, hijos y nietos, y entre ellos recordó con nostalgia y dolor, al pequeño Juan Manuel, quien se adelantó a estar con el Señor.
Recuerdo las palabras de Jesucristo en el Evangelio de San Lucas 18,16-17: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él”.
Habrá un encuentro anhelado en el Más Allá, con cuerpos transformados e incorruptibles, y José Luis tendrá palabras musicales de alabanza para su Señor. Estaré allí para unirme a la adoración y gratitud de tan gozosa y reverente multitud.
Comparto a continuación unas líneas que escribí al meditar, sin comprender a plenitud, lo que será la Eternidad para los que hemos tenido arrepentimiento, el perdón de Dios y un renacer como son revelados en el Nuevo Testamento.
¡VIDA MARAVILLOSA Y HERMOSA!
Comencé mi nueva vida
que jamás terminará,
y mi fe no fue en vano,
porque Dios no mentirá.
Permanece la Palabra del
Señor la gran verdad;
en la luz de su presencia
se venció la enfermedad.
Cuando suene la trompeta
de Jesús, mi Salvador
al instante vestiré
incomparable resplandor;
con un cuerpo inmortal
yo subiré al más allá
desde nubes con creyentes,
cada raza y edad.
En mi ser incorruptible
cuánto más comprenderé.
¡Reunido con amados
al Señor alabaré!
Junto a Dios entenderé
profundidades de su amor
y veré aún más claro
lo que ha hecho el Creador.
Universos muy inmensos
su belleza mostrarán;
insondables maravillas
con colores brillarán.
Sin los límites del tiempo
y el espacio de mi ayer
volaré, conoceré: y muy feliz
será mi ser.
Lynn Anderson
(Algunas referencias de la Sagrada Biblia)
José Luis Villamizar Melo con Juan Pabón
Dice Juan Pabón Hernández:
“A veces no encuentro a mano sino el silencio”.
La obra de José Luis refleja un pensamiento de acendrado romanticismo, profundo, que camuflaba con aire severo. ¡Cómo escribía de bonito! Su poesía posee un fondo de nostalgia que me ha inspirado suprema reflexión y una necesidad de ser artesano de mis propios anhelos intelectuales, a los cuales él aportó un generoso y constante estímulo. Qué grato haber seguido su ejemplo, colaborar con él en varios proyectos, admirarlo y disfrutar de su inteligencia: he llevado su recuerdo, junto con el de Luzmila, como un valioso patrimonio de afecto del cual me siento orgulloso.
DIVAGACIÓN EN EL CREPÚSCULO
Yo conocía
esta tarde, pero ahora
entro en
ella con gran recogimiento,
sintiéndola
antesala de la noche,
aún
iluminadas sus orillas
con los
oros del sol de los venados,
colmado su
silencio de rumores,
de hojas
adormecidas y de pájaros
y un
temblor de luceros en las cúpulas
de los
pinos que reposan y sueñan.
! Oh
doliente crepúsculo,
término de
jornada de la luz,
luz que
comienza el ciclo de su sueño
y sueño que
es la suma de la luz
de las
estrellas con las que se inicia
la plenitud
profunda de la noche!
Yo conocía
esta tarde y entro en ella
devotamente.
La melancolía
me acompaña
a través de los jardines;
y en cada
rosa apenas floreciendo
siento el
amor que emerge de la tierra
y la
seguridad de que mañana
en la
indefensa sien de cada rosa
habrá una
gota pura de rocío.
José Luis Villamizar Melo
Faltó mencionar una hermana de José Luis. Elvira Villamizar quien seguía en edad a Demetrio y fué importante cuando José Luis mi tío estudió en Bogotá.
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