Gustavo Contreras (La Opinión)
Oswaldo Marcial Palavecino llegó al rojinegro en 1983 año en el que jugó 37 partidos y marcó 17 goles.
“Fue una persona extraordinaria, un profesional a carta cabal, un hombre de mucha categoría y uno de los mejores jugadores que llegaron al país en los años 70 y 80”. Así, el argentino Hugo Horacio Lóndero describe a Oswaldo Marcial Palavecino, cuarto goleador histórico del Fútbol Profesional Colombiano quien murió el 16 de agosto de 2020 a sus 71 años tras sufrir un infarto.
Palavecino llegó a Colombia en 1975 traído por el hoy en día Once Caldas, equipo en el que jugó por dos años antes de llegar al Atlético Nacional, en el que estuvo de 1977 a 1979. En el 80 llegó al Medellín para un año después jugar en Santa Fe (81), Millonarios (82), Cúcuta Deportivo (83), un año más en los cardenales y terminar su carrera en el Tolima en 1985.
Con su compatriota Lóndero, se enfrentó siempre como jugador, pues nunca coincidieron en algún equipo profesional.
La única
vez que compartieron equipo fue a finales del 83, en una cancha de la ciudadela
de Juan Atalaya de Cúcuta. En ese momento, Lóndero ya estaba retirado del
profesionalismo mientras que Palavecino estaba en los últimos años de su
carrera
Unidos Para el Triunfo fue el equipo que los reunió. Era un club de exjugadores rojinegros que jugaba partidos amistosos.
“Cuando él jugaba en Manizales, yo estaba en el Nacional. Después él llegó a Nacional y yo me fui al Medellín. Luego me voy del Medellín y Palavecino llega. Jugamos mil veces en contra, pero nunca como compañeros. Fuimos compañeros una sola vez, en un partido que se jugó en Atalaya tras finalizar la temporada del 83. Lo invité y él aun siendo profesional jugó. Fue un acontecimiento”, recordó Lóndero.
Aquella tarde, de la que no recuerda el resultado, estuvo llena de otros grandes jugadores. Germán ‘El Burrito’ González, quien hizo parte del onceno de Unidos Para el Triunfo afirmó que hasta el mismo plantel se sorprendía al ver a Hugo Horacio y Oswaldo Palavecino.
“Lóndero y Palavecino eran los delanteros de ese encuentro. Nos sorprendíamos al ver a los máximos goleadores del fútbol colombiano en una cancha de barrio”, dijo González quien afirmó que ese encuentro contó también con la presencia de ‘El Mico’ Santander, Juan Díaz, ‘Chonto´ Jaimes, ‘Nano’ García, Dante Lugo, ‘Culebro´ Rojas, entre otros.
“Un jugador de la categoría de Palavecino e irse a jugar al barrio demuestra lo que era como persona”, añadió Lóndero.
Un goleador con profesionalismo
Palavecino ocupa actualmente el cuarto lugar como goleador histórico del FPC con 204 tantos. Mientras que en la tercera posición se encuentra Lóndero, con 211 goles.
“Físicamente éramos casi lo mismo. Él también fue un buen cabeceador, un hombre fuerte con el que compartía similitudes a la hora de jugar. Ambos tuvimos la suerte de hacer muchos goles”, aseguró Lóndero.
Pero más allá de sus cualidades técnicas como jugador, Palavecino fue un hombre muy respetado por su profesionalismo en la época.
“Éramos rivales dentro de la cancha, pero paisanos que se juntaban fuera de ella. Recuerdo que con los argentinos del Cali como Da Graca o Jorge Olmedo salía a comer. Con él era los mismo. Cuando vivía en Medellín, en las noches después de los partidos, eran asados fijos en la casa de Palavecino. Así era con todos, una muy buena persona. Fue muy querido acá en Colombia por su amistad”, recordó el hoy empresario gastronómico.
El cariño hacía el goleador gaucho fue ganado por su forma de ser.
“En el fútbol de aquella época existían códigos, maneras de actuar, de ser. Oswaldo respetaba muchísimo a sus compañeros. El negro fue el campeón en eso”, dijo.
Palavecino en el Cúcuta
En su paso por la institución rojinegra, el argentino jugó 37 partidos y marcó un total de 17 goles. Su llegada al Cúcuta Deportivo se dio gracias a que Lóndero asumió como director técnico y lo pidió para el año 83, con el fin de que comandara la delantera rojinegra.
“La relación de técnico-jugador fue de mucho respeto. Se respetaba todo. Me acuerdo que uno de los cinco partidos que dirigí fue en Manizales y por mi planteamiento para el encuentro le dije que no lo iba a poner. Me respondió “Tranquilo Hugo, no hay problema”.
Un jugador
de su categoría, trayectoria y todo lo que representaba, respetó y no dijo
nada, no pasó nada. Aceptó siendo la figura del equipo. Entró en el segundo
tiempo y tras acabar el encuentro estuvo tranquilo, era el mismo Palavecino de
siempre. Por su posición, eso representó mucho respeto”, contó Lóndero
enfatizando que, en aquella época, los jugadores respetaban las decisiones
técnicas.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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