Gustavo Contreras (La Opinión)
El Cúcuta Deportivo le ganó 3-1 a Bogotá FC en el partido de su regreso con goles de Diego Echeverri, el argentino Cristian ‘Jopito’ Álvarez y Erwin ‘Alpinito’ Carrillo. En el 2017. el rojinegro fracasó en su intento por ascender.
Como uno de los momentos más amargos vividos por la hinchada motilona, es recordada la salida del Cúcuta Deportivo del General Santander para ir a jugar por ocho meses en la cancha del Héctor ‘El Zipa’ González.
Todo sucedió en 2017 cuando el equipo cumplía su segundo año en la segunda división, luego de descender en el 2015 por cuarta vez en su historia.
Las razones de la salida del cuadro fronterizo se centran en el rendimiento deportivo. Las autoridades de la época, la municipal encabezada por César Rojas y la departamental por William Villamizar, decidieron a final del torneo del 2016, cerrar las puertas del estadio al equipo por no mostrar un proyecto deportivo serio en la búsqueda del regreso a primera.
Ese año, el Cúcuta Deportivo fracasó deportivamente y no fue capaz de clasificarse a las fases finales de un campeonato de 16 equipos. En 32 partidos, sumó solo 42 puntos y terminó eliminado en la casilla 10.
Pero la decisión no solo radicó en ese año sino también se miró el 2015, donde estando en la A en el primer semestre culminó en el puesto 18 y en el segundo en el 19. De 40 partidos que jugó perdió 23, empató 12 y ganó tan solo cinco.
Aun así, la decisión fue radical pero también se vio argumentada e impulsada por los incumplimientos de José Augusto Cadena, presidente del club, en los pagos de la deuda ante el municipio.
El equipo arrancó el 2017 trasladándose a Cajicá, en Cundinamarca, en donde vivía el plantel y jugaba sus partidos en Zipaquirá, un municipio aledaño.
En Zipaquirá se disputaron 18 partidos en los que los motilones ganaron 10, empataron seis y perdieron dos.
El balance no fue malo, pero las tierras frías del altiplano cundiboyacense, no eran el hogar del rojinegro.
El regreso
“César Rojas y William Villamizar estuvieron mal asesorados. Fue una decisión apresurada cerrarle las puertas al equipo entendiendo que mueve la economía desde los hoteles, transporte, vendedores ambulantes y demás”, recordó en mayo Nelson Parada, hoy gerente del Cúcuta Deportivo y para la fecha de los hechos era concejal de la ciudad.
Y fue Parada el que gestionó con Cadena el regreso del equipo a Cúcuta, quizás ablandando el camino para llegar al cargo que ocupa a la fecha.
Para mitad de año, motivado por los hinchas y personas de la ciudad, intentó establecer contacto con Cadena pero no fue posible. Sus mensajes eran ignorados por el cuestionado dirigente.
En un viaje que tuvo a Bogotá, Parada fue a la Dimayor, a reunirse con el en su momento presidente Jorge Perdomo, quien vio con buenos ojos la intención de regresar al equipo a Cúcuta y gestionó una comunicación con Cadena.
Tras eso, el Cúcuta Deportivo le respondió por primera vez a Parada, en una comunicación en la que aseguraban que no cerraban la posibilidad del regreso.
Al ver esa posibilidad abierta, propuso al Concejo invitar a Cadena, solicitud que fue aceptada por la mayoría de los concejales.
Así, el 18 de julio 2017, el presidente cumplió cita y en medio de reclamos de algunos concejales, el tenso encuentro terminó con feliz terminó.
“El club se comprometió a luchar por el ascenso con un plantel serio, como se le había condicionado a Cadena para su regreso”, dijo Parada quien pensó que en un momento se caería el proyecto pues el alcalde Rojas no asistió al Concejo.
Después, el 8 de agosto, Cadena volvió a la ciudad acompañado del director técnico Flavio Robatto para revisar, en compañía de las autoridades locales, las condiciones del General Santander luego de que un día antes, algunos concejales, alcalde y gobernador de la época, acompañaran al Cúcuta en la victoria 4-2 ante Real Santander (hoy Real San Andrés) en Floridablanca.
“Los jugadores y nosotros somos conscientes de que es necesario que el equipo regrese. Nos dimos cuenta de los errores que hemos cometido y de las cosas buenas que hay”, afirmó Cadena en dicho encuentro.
Asimismo William Villamizar y César Rojas, se comprometieron a adecuar el estadio en un principio para que el equipo jugara el 19 de agosto pero por atrasos, se terminó dando el 27 agosto.
Bienvenida y Victoria
La pasión desenfrenada de miles de hinchas rojinegros los llevó a recibir al equipo con una caravana el 26 agosto.
“El día que llegamos de Zipaquirá, nos recibieron como si fuéramos campeones. Fue una caravana de casi una hora del aeropuerto a la Plaza de Banderas. Es una hinchada muy fanática y maravillosa”, afirmaba en junio, Héctor Sanabria, volante paraguayo de aquel plantel.
Al día siguiente, el rojinegro se enfrentó a Bogotá ante por lo menos 27.000 espectadores en el tradicional horario del fútbol en la ciudad: domingo a las 3:30 de la tarde.
Los motilones saltaron a la cancha con Mauricio Mafla; Jhonatan Pérez, Braynner García, Jhon García, Luis Núñez; Yhonny Ramírez, James Castro, Cristian Álvarez, Jhon Miranda; Erwin Carrillo y Diego Echeverri.
El plantel cumplió la cita y goleó 3-1 con goles de Echeverri al minuto 9, Álvarez al 14 y Carrillo al 32. El rojinegro fue eliminado en semifinales de ese torneo.
Hoy día, agosto 2020, la amenaza de llevarse al equipo de la ciudad sigue latente por las inconformidades entre la presidencia y la administración local, a quien el club no le cumple con sus acreencias.
A inicios
del 2020, se conoció la intención de Sincelejo y de nuevo Zipaquirá para ser la
casa del club en llegado caso de que no pudiera jugar en Cúcuta.
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