Claudio Ochoa (Imágenes)
Eleonora Martín Abrajim, ante todo pintora, que ama la vida, vive dichosa y juega con los colores. Luego, novelista y psicóloga. Siempre buen ser humano de sangre italiana y libanesa, pero en su expresión pura cucuteña.
También es comunicadora social, positiva. Desde hace varios meses se nos presentan de primera necesidad sus buenas noticias, mensajes de Dios y Jesús, que fluyen a través de las redes sociales.
Coloridas acuarelas de nuestra fauna y ora, bodegones y otros objetos dichosos que a primera hora del día nos regala, acompañados de breves enseñanzas evangelizadoras, mensajes precisos y estimulantes. Mente clara y acuarela, en diversidad de colores reflejan la alegría que siempre le acompaña. Su novedad actual.
El año pasado nos encantó su novela “No soy perfecta, pero soy feliz”, con personaje central su propia existencia.
PINCEL Y AGUA QUE DAN VIDA
-¿Cómo fue que terminó utilizando la acuarela en su arte?
-Encontré que, para pintar con vinilos, los espacios y los materiales que necesitaba, me dificultaban hacerlo, descubrí que esas cajitas de pastillas mágicas de colores, podía llevarlas a todas partes con un pincel y un poco de agua, logrando así, en un papel tomar apuntes y dibujar.
-¿Hasta ahora qué técnicas y pinturas ha usado, durante su trabajo de años?
-Usé mucho el pastel, pero, así como el óleo, afectaban mi salud; el óleo nunca pude trabajarlo por el olor de los diluyentes, como el aceite de linaza (que siempre me olía a rancio) y la trementina que terminaba mareada, me enfermaban.
El pastel, el polvillo que soltaba también afectaba mi garganta y vías respiratorias. Comencé a utilizar acrílicos, y me gustó, siempre buscando texturas, madera, arcilla, totumos, cartón, lienzo, sombreros, butacos, sillas, descubrí que todo lo que está en mi entorno debe llevar color, es mi manera de comunicarme con nuevas formas de expresión.
Pero la acuarela era como ese reto de encontrarme con la luz.
-¿Qué habilidades hay que tener para lograr un buen trabajo con acuarela?
-La acuarela es sensible, sutil, ligera, es como un pétalo, hay que saberla tocar, ella es un romance entre los pigmentos, la goma arábiga y el agua. El agua es la que hace la magia para que flote en capas transparentes.
Más que habilidad, tener paz en el alma.
LA PALABRA QUE SANA
-¿Qué motivación ha tenido para pintar diariamente una acuarela con una cita bíblica?
-En enero de 2020 viví un episodio que afecto mi salud, no podía respirar, me sentía ahogada, con pánico, una tarde que estaba pintando sombreros, le pregunté a Dios, cuál era el propósito de lo que estaba viviendo.
Sentí que me decía, la gente, el mundo tiene miedo, Yo soy el médico divino, les he dejado mi Palabra, ella sana, trae vida, háblales de sanidad.
-¿Y, cómo lo hago?
-Una ilustración y una Palabra, así nace el devocional de sanidad y lo subía al estado de WhatsApp e Instagram y comenzaron a seguirlo.
¿Terminé el de Sanidad y pregunté: y ahora? Y volví a sentir su tierna voz que me dijo sigue y así hasta el día de hoy, pido la dirección al Espíritu Santo que me dé la Palabra que necesitamos para esta hora, este tiempo que estamos viviendo.
-¿Qué pretende al enviar este mensaje a la gente?
-Que Dios nos está hablando, que confiemos en Él, que su Palabra es medicina para el alma, para el cuerpo para el espíritu, que reconozcamos un Dios que nos ama, lo busquemos, que es fiel y está vivo.
-¿Qué piensa hacer una vez complete una buena serie de pinturas en este formato?
-Las personas que están siguiendo el Devocional, me han sugerido que lo edite para distribuirlo, porque sería un buen regalo, la Palabra de Dios y arte.
En realidad, sólo lo inicié y lo hago como disciplina para agradar a Dios, pero veo la confirmación de su Palabra, que esta no regresa vacía, sé que ha tocado muchas vidas, como lo hace con la mía, cada día.
Otros amigos como tú, me han propuesto hacer una exposición de las acuarelas. Me encantaría.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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