Ese año hubo dos gobernadores, primero don Miguel García-Herreros Unda y meses después José Luis Acero Roldán. El alcalde era Luis Raúl Rodríguez Lamus.
La ejecución del proyecto comenzó en un lote del departamento, cedido al municipio. La iniciativa fue la primera que se desarrolló en Colombia y el Gobierno la tomó para el plan nacional de terminales terrestres.
La obra se inauguró en 1967, por el gobernador Gustavo Lozano Cárdenas y el alcalde Eustorgio Colmenares Baptista.
La Central de Transportes o Estación Cúcuta fue inaugurada el 14 de abril de 1967 y empezó a funcionar al siguiente día.
El evento se llevó a cabo a las 4 de la tarde en cabeza del entonces alcalde de la ciudad Eustorgio Colmenares Baptista.
En 1967 quedaron instaladas 29 empresas de transporte que cubrían rutas intermunicipales e internacionales, a corta y larga distancia.
La estación ofrecía servicios de información, bar, restaurante, puesto de revistas, bodegas para almacenamiento de carga, muelles, zona de estacionamiento y sistema de iluminación.
A la inauguración asistieron más de tres mil personas y José Elías Porras, quien trabajó durante 28 años en el Ferrocarril de Cúcuta, fue el encargado de cortar la cinta en la entrada.
El historiador Carlos Luis Jácome escribió en el libro ‘Cúcuta de otros días’:
“El primer vehículo de ruedas lo trajo Domingo Díaz y fue una especie de autobús al que llamaron ‘la ambulancia’ y circuló por las calles de Cúcuta antes del terremoto (1875) y después del movimiento telúrico el papá de don Julio Angulo trajo una cabra en la que paseaba los domingos, con su esposa”.
El italiano Enrique Raffo fundó una prestigiosa casa comercial y trajo el primer automóvil (agosto 19 de 1912) un Ford de aquellos que llamaron ‘tres patadas’, porque tenía tres pedales, uno para acelerar, otro para frenar y el de retroceder (sin batería, sólo con una bobina grande).
El vehículo causó sensación y novelería. La muchachada corría tras el automóvil hasta que lo guardaba en el puente San Rafael (propiedad del italiano José Almirati) y lo cubrían con una funda de tela.
El auto, desarmado, fue traído por Maracaibo y en ferrocarril desde Puerto Villamizar hasta Cúcuta. El propietario lo puso a funcionar y el cucuteño Guillermo Solano Benítez reseñó que el primer recorrido fue entre la calle 11 con avenida 4ª hasta la esquina del Asilo Andressen.
El 1 de septiembre, se establecieron los viajes diurnos desde la Estación Cúcuta a El Salado, a peso oro el viaje. En octubre, el pasaje a Puente San Rafael bajó de medio peso a 30 centavos.
Enrique Raffo no tuvo competidores hasta el 31 de diciembre de 1913.
El Concejo mejoró la vía de recorrido para hacer cómodo el paseo. Los arreglos viales iban desde el Asilo Andressen, carrera Venezuela al norte, hasta la calle Caldas (hoy calle 11) y de esa esquina al occidente hasta el parque Santander.
El 12 de abril de 1913, Raffo estrenó el segundo automóvil, marca King. En 1914, empezaron las diligencias para traer nuevos carros de otros propietarios por haber expirado el privilegio del pionero.
El primero de febrero de 1914, Manuel Mendoza inauguró la primera empresa de automóviles compuesta por cinco Ford con choferes extranjeros. Para la formación de conductores locales, la empresa San Rafael estableció clases de enseñanza en 15 días por valor de $50 pesos oro.
El 2 de junio, llegaron a Cúcuta dos automóviles más para Carlos Luis Arocha y Compañía. El 7 de agosto, Tobías Moros dio al servicio dos vehículos con itinerario a Los Vados y se anunció que llegarían otros dos, uno para el Casino y otro para la compañía Maxim’s.
El parque automotor quedó conformado por 13 vehículos que congestionaron las calles.
La Asamblea de Norte de Santander aprobó la Ordenanza 51, del 20 de abril de 1914, para reglamentar el servicio vehicular en Cúcuta.
PROGRAMACIÓN
Dos actos enmarcaron la programación conmemorativa del quincuagésimo aniversario de la Central de Trasportes. El 15 de julio de 2011, a las 11:00 de la mañana, en el Club de la Policía hubo el preludio musical a cargo del maestro Eliseo Moreno Jr., recibimiento de autoridades e invitados, himnos protocolarios, discurso de carácter histórico por el orador de orden, académico, escritor y exgerente de la Terminal, Álvaro Rondón Espinosa. Intervención de la alcaldesa María Eugenia Riascos, brindis conmemorativo a cargo de Willian Bautista Álvarez (gerente de la Terminal), reconocimientos y distinciones, interludio musical y atención especial a los asistentes.
El 16 de julio, a las 5:30 de la mañana, alborada musical, celebración religiosa, bendición de vehículos y reconocimiento a funcionarios y empresas de trasporte municipal e intermunicipal.
SITUACION EN EL 2011
En un recorrido por el segundo piso de la Terminal se observan informales en cualquier posición, que comparten espacio con lustrabotas, vendedores de minutos para teléfono celular y arrastradores de las empresas en busca de pasajeros. En la primera planta el caos se vive desde el estacionamiento de los automotores que cubren rutas municipales, departamentales, nacionales e internacionales, hasta la imposibilidad de caminar por entre los obstáculos que ponen los estacionarios con la mercancía que ofrecen.
La Central maneja un presupuesto de $4.119,2 millones.
Se ha propuesto reorganizar el edificio para mejorar la prestación de los servicios a las empresas trasportadoras y ofrecerles a los usuarios salas de espera cómodas y seguras. Entre las mejoras están la adecuación de los restaurantes y las baterías sanitarias.
La sede local del trasporte de pasajeros no cuenta con ascensor, elevadores de escaleras, pasamanos, agilizadores de equipajes y cintas antideslizantes para permitirles el desplazamiento a los discapacitados. Hay poca iluminación, la red eléctrica está en pésimo estado, los sanitarios son obsoletos y los surtidores de agua potable cumplieron hace tiempo la vida útil.
En la Central no hay demarcación ni señalización para el control de riesgos de acuerdo con las actividades desempañadas por trabajadores, trasportadores y usuarios. Tampoco hay cómo implementar planes de emergencia médica, de evacuación y de ayudas mutuas.
La estructura física no es la adecuada para la prestación de servicios y la ejecución de procesos administrativos. Los puestos de trabajo no son cómodos por falta de espacio, no se cumplen las condiciones exigidas por la ARP y no se garantiza la salud y la seguridad de los funcionarios.
El departamento de recaudo cuenta con equipos obsoletos y requiere un software multiusuario para controlar el acceso y salida de vehículos, rutas, horarios y número de pasajeros. El proceso de control de correspondencia es anticuado y el registro de la documentación se hace de forma manual, lo que dificulta la asignación de tareas.
Los sistemas de información no corresponden a la capacidad que se requiere para dar cumplimiento a lo requerido por el programa Gobierno en línea. La estructura orgánica de la entidad no es funcional. Es indispensable poner en práctica una herramienta administrativa de clasificación de puestos y asignación de sueldos.
Los procesos y los manuales de procedimiento y de funciones están desactualizados y hay dualidad de funciones en la Terminal de Trasportes. La planta de personal tiene 74 cargos; 57 inscritos en la carrera administrativa; 10 en provisionalidad y 7 de libre remoción y nombramiento.
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