Es un templo que hace parte de la historia de Cúcuta. San Antonio de Padua guarda un sinfín de anécdotas de muchas personas que alguna vez se han acercado a pedirle un milagro.
Al igual que otras construcciones que se levantaron la ciudad, hace parte de la unión entre cultura y religiosidad que caracteriza a nuestro pueblo.
De la bendición de la primera piedra el 13 de junio de 1931 se cumplieron 80 años, pero su construcción comenzó el 2 de enero de 1932.
Su arquitectura es el testimonio del esfuerzo que se hizo durante años para mantener en pie el templo, siendo la primera capilla que se edificó después del terremoto de 1875, en el terreno donde antes estuvo la capilla de San José.
Ante esta situación, Monseñor Rafael Afanador y Cadena, Arzobispo de Pamplona tomó la decisión de dividir la parroquia en dos. El límite entre cada una de ellas fue la avenida octava.
Con el terremoto de 1875, parte de esta capilla quedó en pie. Transcurridas tres décadas después del siglo XX, el Arzobispo optó por hacer un Plebiscito para decidir si se hacia una reconstrucción o se demolía el templo.
Los partidarios a la construcción de una nueva capilla ganaron y fue en el año de 1931 donde se estableció que para el 13 de junio se bendijera la primera piedra. Ese día, el gobernador Luis Augusto Cuervo en su discurso habló del Santo de Padua.
En ese entonces, Fernando Martim de Bulhões e Taveira Azevedo, nombrado después San Antonio de Padua se aproximaba a cumplir 700 años de su muerte.
El terreno donde se levantó fue exactamente detrás de la capilla que logró quedar en pie. Ahí surgió otro dato curioso. El templo se construyó de atrás hacia adelante mientras se removían los escombros de la antigua iglesia.
Tiempo después, se comenzaron a recaudar fondos para la obra. Hubo diversos festivales en el Teatro Santander y la Asamblea asignó un auxilio mensual de $1.800, que en los años cuarenta subió a $5.000.
Otra características particular es la pintura artística que se describe de la siguiente manera: “Frescos con los Milagros del Santo, la mula de rodillas ante el Santísimo Sacramento en contraste con la actitud blasfema del arriero y las visiones del Niño Jesús con quien el santo jugaba”.
Los temblores de 1981 afectaron la estructura y fue el padre Luis Alejandro Jaimes quien ordenó reestructurar las torres. También remodeló la casa cural a la que le agregó locales comerciales para rentar.
Llamado "Doctor Evangélico", escribió sermones para todas las fiestas del año.
Nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195, con el nombre de Fernando Martim de Bulhões e Taveira Azevedo, en el seno de una familia de la aristocracia descendiente del cruzado Godofredo de Bouillón.
Murió en Padua el 13 de junio de 1231.
San Antonio de Padua es la persona más rápidamente canonizada por la Iglesia Católica: 352 días después de su fallecimiento, el 30 de mayo de 1232.
Numerosos episodios sobrenaturales le son atribuidos, como ser entendido y comprendido por los peces cuando las personas despreciaron sus predicaciones o de cargar en sus brazos al Niño Jesús durante una noche.
Se le llama el "Milagroso San Antonio" por ser interminable la lista de favores y beneficios que ha obtenido del cielo para sus devotos, desde el momento de su muerte.
Uno de los milagros más famosos de su vida es el de la mula: Quiso uno retarle a San Antonio a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia.
El hombre dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia.
La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló.
En América Latina es reconocido como el santo de los matrimonios. Cada 13 de junio las mujeres solteras tienen la costumbre de comprar una imagen de San Antonio y la ponen al revés como símbolo para encontrar un buen marido.
“En Cúcuta hay muchos fieles devotos de San Antonio. Es el patrono de los comerciantes. Los que tienen papelerías, zapaterías y viven del comercio siempre vienen a hacer oraciones. Es el santo al que le piden por las cosas perdidas también”, contó el párroco José Elver Rojas.
Muchos de los vendedores de imágenes, camándulas, novenas y artículos religiosos que se encuentran ubicados junto al templo, afirman que la celebración no es ostentosa.
En esta oportunidad ofreció un almuerzo comunitario en el parque Mercedes Ábrego. Allí se le dio alimento, al mediodía, a los habitantes de la calle situados en el Canal Bogotá.
Así mismo, hace campañas con trabajadoras sexuales y transexuales que por las noches se ubican en el sector.
El invierno también hizo estragos allí. El arreglo de goteras y humedad en algunos sectores han sido las últimas reparaciones que se han hecho.
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