Es un valioso libro donado, en 1924, por el presidente Marco Fidel Suárez y desde entonces se convirtió en el tesoro preciado para la ciudad.
"Bogotá, 25 de septiembre de 1924
Señor Presidente del Honorable Concejo Municipal de la ciudad de Cúcuta.
El texto cuenta con 1800 grabados de Michael Wohlgemuth (ó Wolgemut), Wilhelm Pleydenwursf (ó Pleydendurff) y el pintor alemán Albert Durero.
Un documento de 1509, registra que 539 de las latinas y 60 de las alemanas se habían quedado sin vender para esa fecha.
Aproximadamente, 400 latinas y 300 alemanas sobreviven. Se hallan dispersas en museos y colecciones del mundo.
(En el 2001 un vocero de la administración municipal informó a la Academia de Historia de N. de S. que "el Alcalde no desea vender el incunable pero, con base en la Constitución y las leyes de la República, adelantará una consulta popular para tomar una decisión".
El incunable puede alcanzar un precio superior a 5 millones de dólares.
Uno de los académicos dijo, mientras esbozaba una sonrisa, que a través de este sistema podrían resolverse todos los problemas de la ciudad y agregó que "en una verbena, por ejemplo, podríamos rifar el Parque Colón").
Escrito en latín por Hartmann Schedel, con una versión en la traducción alemana de Georg Alt, que aparecieron en 1493.
Es uno de los primeros libros impresos, un incunable, y uno de los primeros por integrar con éxito ilustraciones y texto.
Las Crónicas son una historia ilustrada de la humanidad, desde su creación hasta el año 1490.
Siguen una tradición medieval que representaba a la historia humana en seis edades; las Crónicas de Nuremberg añaden una séptima -el Juicio Final- Narran la historia de la Iglesia, la historia laica, la antigüedad clásica, y acontecimientos medievales (se señalan por ejemplo los pasos de los cometas) y contemporáneos mezclados con mitos, leyendas y fábulas.
Retrata a personajes importantes tales como reyes, miembros del clero (ya sean paganos, judíos o cristianos), pensadores y filósofos.
Los lectores de la obra en latín utilizaban para referirse al libro la expresión Liber Chronicarum ("el libro de las crónicas") ya que esta frase aparece en la introducción del índice de la edición latina.
En Alemania se le denomina Die Schedelsche Weltchronik ("la crónica del mundo de Schedel" o "la historia universal de Schedel"), por el nombre de su autor.
En inglés se suele denominar The Nuremberg Chronicles ("las crónicas de Núremberg"), por la ciudad en donde fue publicado.
También encargaron a George Alt (1450–1510), un escribano en el tesoro de Nuremberg, que había ayudado a Schedel en la compilación de la versión latina inicial, la traducción de la obra en alemán.
Los contratos fueron grabados por escribas, en volúmenes y depositados en los archivos de la ciudad de Nuremberg.
El primer contrato, desde diciembre de 1491, estableció la relación entre los patronos y los ilustradores.
Los patronos acordaron avanzar 1000 gulden para papel, costos de impresión, distribución y venta del libro.
Un segundo contrato, entre los patronos y la impresora de Antón Koberger, en Nuremberg, fue ejecutado en marzo de 1492.
Estipulaba las condiciones para adquirir el papel y la gestión de la impresión. Los bloques y el arquetipo debían ser devueltos a los patrones una vez que se completó la impresión.
Obtuvo un doctorado en medicina en Padua en 1466, luego se instaló en Nuremberg para practicar medicina y recoger libros.
Según un inventario realizado en 1498, la biblioteca personal de Schedel contenía 370 manuscritos y 670 libros impresos.
El autor utilizó pasajes de la obra clásica y medieval de su colección para componer el texto de la crónica.
Pidió un préstamo de otra crónica humanista, Supplementum Chronicarum, de Jacob Philip Foresti de Bérgamo.
Se ha estimado que alrededor del 90% del texto se reconstruye de trabajos en humanidades, ciencia, filosofía y teología, mientras que cerca del 10% de la crónica es la composición original de Schedel.
Esto fue seguido rápidamente por una edición traducida al alemán el 23 de diciembre de 1493.
En abril de 2011 el anticuario norteamericano Ken Sanders encontró casualmente en la pequeña localidad de Sandy (al sur de Salt Lake, Utah) un ejemplar de la primera edición en lengua alemana.
Así, no existía una primera página con el título, ni ninguna indicación del autor, ni sobre la fecha de impresión.
Como con otros libros de la época, muchos de los grabados en madera (xilografías), ciudades, batallas o Reyes fueron utilizados más de una vez en el libro, con los textos simplemente cambiados; Las crónicas de Nuremberg fueron un “best-seller” en la época a pesar de su elevado precio, 3,5 florines para una versión no encuadernada ni coloreada y 8 florines para una versión encuadernada y coloreada, si bien el éxito no respondió en su aparición a lo que se esperaba a causa de que se publicó también una imitación muy bien realizada.
wow...extraordinaria historia
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