Luís A. Medina S.
Para hablar de la vida de Don Rudesindo Soto, su civismo y filantropía,
tenemos que decir sin hipérbole que fue un ciudadano generoso que invirtió gran
parte de su fortuna en obras de beneficio social contribuyendo al bienestar
común de las gentes necesitadas, de él pudiéramos decir: ha sido el precursor
de una conciencia social humana y cristiana dotado de un rasgo de generosidad y
de desprendimiento sorprendente.
El, ha sintetizado en sus obras generosas y altruistas, la magnánima
comprensión de solidaridad humana como un principio de caridad para con la
humanidad doliente y necesitada, perpetuando su nombre y el de su digna esposa doña
Amelia Meoz de Soto, en obras que están diciendo presente.
El 4 de mayo de 1928 se engalanó el templo de San José con el estreno del
órgano para el servicio litúrgico, obsequiado por el matrimonio de don
Rudesindo y doña Amelia.
El 3 de mayo de 1936 fue inaugurado el Pabellón Amelia en el hospital San
Juan de Dios, esta obra consta de dos pisos y los obsequiaron completamente
dotados de camas y otros enseres tan útiles como necesarios.
En el año de 1937 la generosidad se hizo presente al donar la sala de Santa
Ana en el Asilo de Ancianos.
En 1938 aquellos filántropos de la generosidad entregaron obras valiosas en
el edificio de Gremios Unidos. La Sociedad de Artesanos Gremios Unidos le
rindió culto en manifestaciones de gran reconocimiento.
En el año de 1939 el hospital San Juan de Dios inaugura nuevos pabellones
fruto de la generosidad de los esposos Soto Meoz.
A estas obras agregamos otras de significación social, el edificio del
Ancianato, el Reformatorio de Menores, el edificio Antituberculoso, el edificio
del hospital mental, el edificio de la Universidad Francisco de Paula Santander
antiguo edificio de la Cervecería Santander.
Sin la obra social y desprendimiento de don Rudesindo y su española doña
Amelia Meoz, la ciudad fuera huérfana de asilos, orfelinatos, de edificios de
beneficio social.
Sin la filantrópica generosidad y benevolencia de don Rudesindo Soto, esas
obras no existieran, porque ni el departamento, ni el municipio, hubieran
construido esos edificios, representados en obras de caridad y de beneficio a la
comunidad doliente y necesitada.
Cúcuta, ha sido la cuna del varón ilustre, generoso y filántropo al
compartir su inmensa fortuna con el necesitado con amor y caridad cristiana.
La vida luminosa y meritoria de don Rudesindo Soto, es un ejemplo, su
generosidad parece algo ingénito en la humanidad del filántropo y señor en la
historia de Cúcuta, donde la memoria del desaparecido ha quedado gravada con
caracteres indelebles en el corazón de los cucuteños.
Raros ejemplos de
generosidad y desprendimiento la obra social de don Rudesindo Soto y Amelia Meoz
de Soto, es tan admirable que no admite comparación su largueza y
desprendimiento para socorrer al necesitado.
En cada una de sus obras brilla el memorable desprendimiento, al cubrir
tantas necesidades, en todas ellas está el recuerdo del benefactor.
En el
hospital San Juan de Dios, los enfermos encuentran alivio a sus múltiples
enfermedades.
En el hospital mental, los que han perdido el razonamiento, la
lucidez, la pérdida del juicio y exaltación del ánimo reciben atención y
hospitalización.
En el antituberculoso, los enfermos atacados por el bacilo de
Koch, son atendidos solícitamente con tratamientos y hospitalización.
En el Reformatorio
de Menores, las juventudes descarriadas se corrigen para que vuelvan al seno de
la sociedad.
En el Ancianato, los ancianos vivirán los últimos días de su
existencia bajo el cuidado y abnegación de las hermanitas.
En el edificio de la
Universidad, las juventudes presentes y futuras se nutren con la ciencia del
saber.
Qué ejemplos tan grandes y tan sublimes encontramos en la vida de los
esposos Soto Meoz, en las donaciones valiosas que son el germen aglutinante y
asiento de las más brillantes iniciativas de generosidad y de desprendimiento
bondadoso, todas ellas son un símbolo monumental, como una atalaya de civismo
construidas y donadas por unos esposos magnánimos que le dieron a la ciudad el
tributo de su espíritu cívico, altruista y sin igual espíritu público.
Seguramente los educadores jamás hacen referencia a las obras cívicas de
don Rudesindo Soto y su esposa doña Amelia Meoz, son obras que el estudiante
ignora, ese símbolo de solidaridad humana representada en la eximia caridad del patriarca y benefactor de Cúcuta don Rudesindo Soto y doña Amelia Meoz.
Para terminar este bosquejo cronológico de la vida generosa fecundamente
bondadosa, altruista, humana y cristiana de don Rudesindo Soto, transcribimos
algunos conceptos del historiador y vicepresidente de la Academia de Historia
del Norte de Santander en su libro "HISTORIA DEL HOSPITAL SAN JUAN DE
DIOS", páginas 308 y 309, Dr. Juan Agustín Ramírez Calderón:
Murió en Cúcuta el 1º de julio de 1941 a la edad de 90 años.
Se había
educado en Europa a fines del siglo pasado y dominaba el mundo de los negocios.
Fue sepultado en la tarde del día siguiente. Hablaron a nombre del gobierno el
Dr. Félix Enrique Villamizar y el Padre Daniel Jordán en representación del
clero en el atrio de la catedral de San José.
En el cementerio fue orador fúnebre el Dr. Alfonso Lara Hernández a nombre
del cabildo cucuteño.
La Alcaldía dictó decreto de honores declarando tres días
de duelo y mandando se izase la bandera nacional durante ellos a media asta.
Su
cadáver permaneció en cámara ardiente en la Asamblea desde el 1º de julio hasta
el 2, a las 8 de la mañana, en que fue trasladado al Hospital.
Concurrieron las comunidades educativas, las autoridades civiles,
eclesiásticas y militares y el Asilo de Ancianos. Todas las oficinas del
gobierno y los establecimientos de comercio fueron cerrados para concurrir al
sepelio, que fue a las cuatro de la tarde, que fue velado en la Catedral hasta
esa hora.
En mayo de 1940 cuando el Dr. Eduardo Santos y señora, concurrieron a las
ceremonias del Centenario de la Muerte de Santander, lo visitaron en su
residencia, donde ya estaba enfermo.
Ya había sido condecorado tanto por
el gobierno nacional, como el departamental y municipal, lo mismo que por la
Sociedad de Mejoras de Cúcuta y del Congreso Nacional de Sociedades de Mejoras
Públicas.
Tanto la Asamblea como el Congreso dictaron respectivamente ordenanzas y
ley de honores a la memoria de este benefactor inigualable de Cúcuta, cuya
esposa doña Amelia Meoz de Soto, era la hermana del Dr. Erasmo Meoz, al que la
posteridad apellidó "el médico de los pobres".
Construyó el Ancianato, el Reformatorio de Menores, el Hospital Mental, el
Dispensario Antituberculoso, reconstruyó más de la mitad del Hospital de
Cúcuta, unas aulas en Gremios Unidos y obsequió el edificio de la Antigua
Cervecería de Cúcuta, hoy sede de la Universidad Francisco de Paula Santander, y
ayudó económicamente a muchas personas que tenían necesidades urgentes por
solucionar.
En síntesis:
El Sr. Rudesindo Soto hizo con su fortuna, lo que en cincuenta
años de gobiernos nacionales, aún no han podido hacer por Cúcuta.
Y si bien es
cierto que sus obras llevan su nombre, nadie lo pronuncia: Cúcuta está en mora
de llevar uno de sus barrios el nombre del benefactor tan excelso.
Hasta aquí el bello escrito del Dr. Juan Agustín Ramírez Calderón.
Para complementar la historia cronológica de la vida de don Rudesindo Soto,
transcribimos tres documentos eclesiásticos expedidos por la Diócesis de
Cúcuta: partida de bautizo, de matrimonio y certificado de defunción.
PARTIDA DE BAUTIZO
Diremos que, don RUDESINDO VICENTE SOTO SERRANO, es el nombre de pila
bautismal, y que fue bautizado solemnemente en la Villa de San José de Cúcuta el
año 1851, nacido el ocho de abril, hijo legítimos de
Francisco Soto y Rudesinda Serrano, vecinos.
Abuelos paternos: Pedro y Josefa
Vargas; maternos Fernando y Rosa Calderón. Padrinos: Franco Bonsguet y Josefa
Plata. Sin anotación marginal. . .
Anotamos: Don Rudesindo Soto, era casado con
Doña Amelia Meoz. Según partida de matrimonio. Un simple lapsus
de escritura o de olvido que lo hace aparecer como soltero.
PARTIDA MATRIMONIAL
Don Rudesindo Soto, casó con la dignísima señora doña Amelia Meoz, hermana
del filántropo médico cucuteño Dr. Erasmo Meoz, al que cariñosamente era
llamado el "Médico de los pobres".
Don Rudesindo Soto y doña Amelia Meoz, contrajeron matrimonio en Cúcuta, el 8 de noviembre de 1883, según la partida
matrimonial que transcribimos expedida por la Diócesis de Cúcuta, el día 16 de
noviembre de 1979.
PARTIDA DE DEFUNCION
Don Rudesindo Soto, murió en Cúcuta a la avanzada edad de noventa años,
rodeado del cariño, el aprecio y consternación general entregó su alma al
creador y su cuerpo a la madre tierra. Según partida de defunción.
Según los testimonios expedidos por la Diócesis de Cúcuta. Don Rudesindo
Vicente Soto Serrano, contrajo matrimonio a la edad de 32 años con doña Amelia
Meoz, viviendo una virtuosa vida matrimonial de cincuenta y ocho años, y
muriendo a la edad de noventa años.
Hay una apotegma del Libertador: "La gloria está en ser bueno y en ser
útil".
Don Rudesindo Vicente Soto Serrano, fue bueno, fue útil. Bueno y útil a la
comunidad doliente y necesitada, con una generosidad e inclinación al bien sin
precedentes en la historia de la bondad y filantropía.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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